Clamor por la carretera que une Mengíbar y Villargordo
El proyecto para el puente y el arreglo es de tres millones de euros
Alfonso Camacho es un empresario que tiene droguerías tanto en Mengíbar como en Villargordo. Utiliza, a diario, la carretera A-6000, que une los dos núcleos de población y sufre su estado. “Es muy angosta, apenas si tiene arcén y cuenta con muchos baches y cambios de rasante en todo el tramo”, lamenta. Explica que es una vía que tiene mucho tráfico, sobre todo por las mañanas y que llega a ser peligrosa, principalmente en la época de recogida de la aceituna o cuando llueve; por no hablar de cuando se cruzan dos camiones de grandes dimensiones.
La misma opinión comparte Mariano de la Chica, gerente de la empresa Aceites La Torre, que está ubicada justo en mitad de la carretera, a cuatro kilómetros de cada uno de los municipios. “Es horrorosa. El tramo hasta Mengíbar no está tan mal como el de Villargordo. Hay curvas sin visibilidad, cambios de rasante y cuando llueve las entradas a las finca se anegan”. Son algunas de las deficiencias que encuentra el empresario, que recuerda que buena parte de su plantilla tiene que utilizar a diario una vía que, a su entender, también presenta un déficit.
Mariano de la Chica y Alfonso Camacho son solo dos ejemplos de lo que denuncia el alcalde de Villatorres, Sebastián López, que clama por el arreglo de la carretera. El regidor explica que la A-6000 enlaza con la Autovía del Olivar y con la antigua Bailén-Motril y que existe un proyecto de arreglo. Denuncia que el tramo que une Villargordo y Mengíbar es estrecho, irregular y que parece “un tobogán”, hasta el punto de que ya se han producido algunos accidentes. “Llevamos años detrás de que se repare, no solo el firme del trazado, sino el puente sobre el río Guadalbullón, por el que apenas si cabe un coche”, asegura. Es un tramo de unos siete kilómetros, con muchos tráfico. De hecho, anunció que, según los datos de la Delegación, es utilizada por unos mil coches diarios. Y es que son muchos los que se desplazan para ir, por ejemplo, a la Oficina de Empleo o a comprar. Reconoce que ha mantenido varias reuniones con el delegado de Fomento y Vivienda, Rafael Valdivielso, la última en compañía de su homólogo en Mengíbar, Juan Bravo.
El regidor mengibareño confiesa, por su parte, que el mal estado de la carretera no afecta tanto a su término municipal como al de Villargordo. Explica que la parte más costosa del proyecto es, sin duda, el puente. “Un autobús grande no puede pasar, ni tampoco camiones de gran tonelaje”, argumenta, además de reconocer que en el encuentro mantenido con el responsable provincial de Fomento ya se explicó la dificultad de acometer la reparación porque el presupuesto de este año ya está cerrado. Sin embargo, confía en que tarde o temprano se arregle porque, como apunta, hay muchas casas en la zona del Molino cuyos vecinos tienen que hacer uso diario de la carretera.
Hay ocasiones en que el dinero no se puede estirar más. Así lo entiende el delegado de Fomento, Rafael Valdivielso, que se ha reunido en varias veces con el alcalde de Villatorres para abordar este asunto. “Hoy por hoy, se sale de toda lógica presupuestaria. Hay un proyecto redactado para el puente, con todos los condicionantes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, presupuestado en tres millones de euros”, explica. Defendió que, ahora mismo, se concentra en las tareas con conservación de la red viaria jiennense, que tiene unos 1.500 kilómetros. “La mantenemos dignamente con el presupuesto que tenemos. Ya me gustaría hacer lo que ellos quieren, pero, en cualquier caso, esta es una carretera que tiene toda la cobertura en conservación que necesita. Pero para una obra de ese calibre, ahora mismo no tenemos capacidad”, reconoce.