Carlos Saura, un cineasta en Sabiote

El director cinematográfico, fallecido el pasado 10 de febrero, eligió la villa jiennense para rodar en ella algunas escenas de la película ‘Llanto por un bandido’, protagonizada por Paco Rabal

26 feb 2023 / 19:08 H.
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El pasado 10 de febrero murió Carlos Saura. Como quiera que el afamado director cinematográfico eligió varios rincones de mi pueblo natal, Sabiote, para rodar en ellos algunas escenas de su película ‘Llanto por un bandido’, es por lo que me he animado a escribir el presente artículo, pues la referida película forma ya parte de la historia del pueblo. Llanto por un bandido, de 1963, es la segunda película dirigida por Carlos Saura, aunque la primera de las suyas que fue rodada en color. Por cierto, que, en el momento de dirigir esta película, Saura era profesor de la Escuela Oficial de Cinematografía. En el haber de este film cabe destacar que fue presentado en el Festival Internacional de Cine de Berlín (popularmente conocido como la Berlinale), de 1964, aunque finalmente no logró ningún galardón. Como dato negativo, conviene decir que la censura franquista hizo mella en la película, en forma de unos cortes que afectaron a los créditos iniciales; en dichas imágenes, suprimidas en su momento, podía verse a los reos con los que se abría la película, bajarse de un carro y sentarse en el garrote vil ante el verdugo. Esto último hizo que Saura, en cierto modo, durante algún tiempo, renegara de su propia película.

El crítico de cine Terenci Moix, definía así al film que nos ocupa: “’Llanto por un bandido’ es una visión desmitificadora del bandolerismo folclórico en el que Saura se complace utilizando a Luis Buñuel para un papel de verdugo”. No es esta la única licencia que se permitió Saura, pues la película comienza de una forma bastante singular, a saber: en la plaza de un pueblo, se lee una sentencia condenando a garrote vil a varios bandoleros “por robar en despoblado, asesinar y por otros excesos cometidos contra la sociedad”. Pues bien, la persona que da lectura a la sentencia es, nada más y nada menos, que el dramaturgo Antonio Buero Vallejo, mientras que el verdugo encargado de ejecutarla es, como queda dicho, el director de cine Luis Buñuel, convertidos ambos, por expreso deseo de Carlos Saura, en improvisados actores. Es decir, que tanto Buero Vallejo como Buñuel, hicieron en ese momento sendos ‘cameos’, según la terminología cinematográfica actual.

En una reseña de la película que ha llegado hasta nosotros, se hace una pequeña introducción que creemos conveniente transcribir aquí, pues sirve para que nos hagamos una idea del contexto histórico en el que situar el film. Dice así: “A comienzos del siglo XIX el pueblo español luchó para expulsar a los franceses, solo para ver en su lugar a un injusto y caprichoso Fernando VII. Muchos guerrilleros que pelearon contra Napoleón no pudieron o no quisieron aceptar una paz que les sumía en la miseria. José María, un hombre conocido como El Tempranillo por sus compañeros, pasado un periodo de aprendizaje duro, cruel y violento hasta la ferocidad, se hace jefe de una partida de bandoleros. Con el transcurso de los años la leyenda de El Tempranillo se va forjando: atraca diligencias, asalta ventas y pueblos, persigue al ejército realista, apoya a los liberales y llega en su osadía a desafiar al rey. Personaje decisivo será María Jerónima, mujer valiente y decidida que acepta compartir el destino de José María, tratando una y otra vez de apartarlo del peligro que envuelve su vida. Una vida edificada sobre el poder y la violencia, sobre la miseria y la injusticia”.

El argumento

José María Hinojosa Rodríguez huye a la sierra porque ha matado a un hombre en Jauja; al hombre lo ha matado “por una mujer”. Se junta allí con una partida de bandoleros cuyo jefe es El Lutos. La partida entra a robar en una venta y allí El Lutos, sin causa aparente que lo justifique, mata a una señora de la Corte que estaba hospedada en la venta. Después, El Lutos vuelve a matar, esta vez a un compañero de su partida, tras lo cual José María, después de recriminarle su actitud violenta, lo reta. Los bandoleros de la partida acuerdan que ambos, El Lutos y José María, se peleen, para lo cual los entierran hasta las rodillas, les atan las piernas y les dan sendos palos para que se golpeen; es esta una de las escenas más impactantes de la película, escena que, por cierto, está inspirada en el célebre grabado de Goya conocido como La riña o Duelo a garrotazos.

José María da muerte a El Lutos en el transcurso de la pelea, pero él queda malherido, por lo que Antonio, a partir de ahora su hombre de confianza, pues no lo abandonará nunca, lo lleva a una curandera para que repare sus heridas. Cuando José María vuelve a la sierra, ya curado, es para liberar a sus compañeros de partida, que habían sido hechos prisioneros por los soldados; es entonces cuando José María, tras la hazaña, decide erigirse como jefe del grupo. El sobrenombre de El Tempranillo se lo pone a José María Hinojosa otro bandolero famoso, llamado El Lero, y la razón es bien sencilla; tras comprobar El Lero la capacidad de liderazgo de José María, lo bautiza como El Tempranillo, “porque empezó temprano a gallear, es decir, a destacar entre sus compañeros”.

<i>Luis Buñuel, Paco Rabal, el dramaturgo Antonio Buero Vallejo (que tuvo un papel) y de espaldas, Carlos Saura.</i>
Luis Buñuel, Paco Rabal, el dramaturgo Antonio Buero Vallejo (que tuvo un papel) y de espaldas, Carlos Saura.

El grupo se dirige después a un cortijo en busca de María Jerónima, novia de José María. Este cortijo, curiosamente, es uno de los que hay en nuestra campiña, en el valle del Guadalimar, viéndose aquí claramente la silueta de Sabiote a lo lejos y siendo esta la primera vez que, en la película, aparece mi pueblo. José María y María Jerónima se casan y, tras la noche de bodas, ante las súplicas de la esposa para acompañar a su marido, éste le dice: “Te irás con tu tía Rosario a un pueblo en el que estés segura y yo iré a verte”. Este pueblo es Sabiote, pues, hacia la mitad de la película, José María, disfrazado de cura para no ser descubierto por los soldados, va a visitar a su esposa, quien le comunica, entre nuevas súplicas para que la lleve con él, que está embarazada. El Tempranillo, montado en un burro y vestido de cura, como ya hemos dicho, atraviesa el arco del Chiringote y se adentra por la calle que conduce al castillo de mi pueblo.

“La sierra es mía”

José María se hace el hombre fuerte de la sierra, haciéndole pagar a las diligencias que atraviesan Despeñaperros, y cobrando a cortijos y molinos. Soldados de Fernando VII detienen a María Jerónima, llevándola a la cárcel. El Tempranillo asalta entonces una diligencia en la que viaja la Marquesa de los Cerros, realizándose después un canje entre ambas mujeres. El hijo que María Jerónima esperaba, y que tan feliz iba a hacer a José María, nace muerto, lo que cambia el carácter de El Tempranillo que, a partir de aquí, empieza a ver las cosas de otra manera. Un nuevo compañero de aventuras se ha unido ahora a José María: se trata de Pedro Sánchez, un prisionero de ideas liberales que intenta involucrar a El Tempranillo en el mundo de la política, para que luche contra las tropas del absolutista Fernando VII. Una dura refriega entre soldados del rey y bandoleros en plena sierra, termina con la victoria de éstos últimos, tras lo cual, José María ordena colgar los cuerpos de algunos soldados en una escarpada pared.

Es entonces cuando el rey envía a un emisario ofreciendo el perdón a los bandoleros; les promete la amnistía y una cantidad de dinero que va desde los quinientos a los mil reales, “para que puedan emprender una nueva vida”. A José María se le ofrece un cortijo en Córdoba y 25000 reales, pero con una condición: tiene que comprometerse a perseguir a aquéllos miembros de su partida que no acepten el perdón y decidan volver a la sierra. El Tempranillo, que está ya mayor y cansado de su ajetreada vida, se acoge a la amnistía junto a su fiel amigo Antonio. Pero Pedro Sánchez, el viejo prisionero liberal, no acepta el perdón, argumentando que el rey “seguirá sin acordarse del pueblo”, por lo que decide tirarse de nuevo a la sierra junto a la mayoría de sus compañeros de partida.

Llegado este momento, José María, con veinte soldados que han puesto a su disposición, se dirige a la sierra para intentar detener a los que, hasta ayer mismo, eran sus compañeros de fatigas. Otra vez aparece Sabiote en escena, pues este grupo de hombres, montados a caballo, bajan por la calle Castillo hasta llegar a la explanada que hay delante de nuestra fortaleza; acto seguido, el grupo se pierde por lo que hoy es nuestra Ronda de Miradores, divisándose antes, no obstante, una bella panorámica de la fachada del castillo. Ya en la sierra, José María Hinojosa, “El Tempranillo”, muere de un disparo efectuado por uno de sus antiguos compañeros, ahora al mando de Pedro Sánchez, quien les había tendido una emboscada. Se acaba así el mito (en la película), de un bandolero que se hizo famoso en las sierras de nuestra Andalucía y que, en su osadía, llegó a retar al rey de España, el absolutista Fernando VII.

<i>Fotograma de la película inspirado en el grabado de Goya ‘Duelo a garrotazos’.</i>
Fotograma de la película inspirado en el grabado de Goya ‘Duelo a garrotazos’.

Sabiote

Los exteriores de la película están rodados, como ya hemos dicho, en Sabiote, aunque también en otros lugares, como por ejemplo en La Iruela, Priego de Córdoba y en Rascafría, localidad ésta última de Madrid. Por lo que respecta a Sabiote, aparte del valor sentimental que tiene (siempre lo ha tenido), el ver rincones de mi pueblo retratados en el cine, llama la atención, sobremanera, comprobar cómo ha cambiado Sabiote en los últimos tiempos. La película se rodó hace sesenta años, y las imágenes de mi villa que se pueden ver, ofrecen el aspecto de un pueblo casi ruinoso: el torreón adyacente al arco del Chiringote está sin restaurar, y las casasque hay en la plaza del castillo, no son sino un montón informe de piedras, algunas de las cuales están esparcidas por el suelo.

“Si yo te contara”. Tras la muerte de Paco Rabal, principal protagonista de la película, el periodista Agustín Cerezales recogió y ordenó las memorias del actor en un libro titulado Si yo te contara. El libro, aunque sigue un orden cronológico de acuerdo con la vida de Rabal, está compuesto por multitud de anécdotas (algunas de ellas poco edificantes, por decirlo de una manera suave), que acontecieron en la intensa y ajetreada vida de este hombre de existencia bohemia a quien, no obstante, nadie le podrá discutir nunca sus excelentes dotes interpretativas. No se menciona a Sabiote en el citado libro, aunque sí habla, y bastante, de la película que aquí nos ocupa. Afirmaba Paco Rabal que “una de las películas más importantes que hice en este periodo, antes del accidente, fue “Llanto por un bandido”. Según el actor, la película habla sobre la historia de José María El Tempranillo, “pero contada de una forma brechtiana, con distanciamiento: no era el bandido generoso de la leyenda, sino un hombre que traicionó a sus compañeros, un sinvergüenza. A cambio del indulto real se hizo guardia y como tal persiguió a sus mismos compañeros, uno de los cuales acabó matándolo al sentirse traicionado”. Esta es, grosso modo, la historia de una película que, por haber sido rodada, en parte, en Sabiote, forma ya parte del acervo cultural del pueblo que me vio nacer.

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