Campillo prohíbe el consumo de agua por su elevada turbidez

El Ayuntamiento limpia el sondeo y achaca el problema a las lluvias de este lunes

02 abr 2020 / 16:22 H.
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Los vecinos de Campillo de Arenas se encontraron este martes con una ingrata sorpresa al abrir sus grifos: el agua que brotaba de estos, lejos de ser cristalina, presentaba un ligero tono amarronado. De repente afloró el temor de volver a sufrir problemas parecidos a los del pasado septiembre, cuando, después del temporal de fuertes lluvias que azotó el pueblo, el agua del acuífero del que beben los depósitos municipales quedó contaminada y los campilleros se vieron obligados a abastecerse de camiones cisterna durante varios días. Desde el Ayuntamiento, a través de su perfil oficial de Facebook, pronto se confirmaron las sospechas: se habían detectado altos niveles de turbidez en el agua, lo cual llevó a los responsables municipales a declarar una alerta sanitaria local, a activar el protocolo establecido para dar solución al problema y a prohibir el consumo de agua de la red municipal y su uso para la preparación de alimentos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el agua no puede presentar un nivel mayor de 5 Unidades Nefelométricas de Turbidez o Nephelometric Turbidity Units (NTU) para considerarse apta para el consumo humano. El grado de turbidez de la del depósito campillero era el martes de 4,03 NTUs, por lo que, técnicamente, sí que era apta para el consumo. No obstante, desde el Ayuntamiento se prefirió no correr riesgos, de ahí que se decidiera limitar el uso de agua a cuestiones higiénicas, “algo tan importante estos días por la crisis sanitaria del coronavirus”, tal y como explica el alcalde, Juan Francisco Figueroa. El regidor señala que todo parece indicar que las lluvias registradas el pasado lunes provocaron la entrada, “desde una zona desconocida”, de una serie de sustratos que enturbiaron el agua del sondeo del que se abastece el municipio desde hace más de un cuarto de siglo.

Atendiendo a las indicaciones de geólogos y técnicos del área de Servicios Municipales de la Diputación de Jaén, a mediodía del propio martes se procedió a extraer toda el agua turbia del sondeo, una tarea que redujo el nivel de turbidez “notablemente”, según el Ayuntamiento, en unas cinco horas. Tras ello, se procedió al corte del suministro y se llevaron a cabo tareas de limpieza del depósito. El servicio volvió a restablecerse ayer, pero la prohibición de consumo se mantendrá hasta que no se tenga la seguridad de que el grado de turbidez ha disminuido lo suficiente. Eso será, según indica Figueroa, en un par de días a lo sumo. El regidor asegura, además, que no peligrará “en ningún momento” el abastecimiento y que se ha actuado con la mayor diligencia posible teniendo en cuenta la “delicada situación” actual: “Tener que abastecernos de nuevo con un camión cisterna como en septiembre habría sido mucho más complicado, por no decir imposible, en estas circunstancias”.

Sin embargo, a pesar de que se ha logrado salvar de nuevo la situación, el Ayuntamiento trabaja ya para atajar el problema de raíz y eliminar el riesgo de volver a sufrir un contratiempo como este: “Vamos a promover la instalación de una planta de depuración con unos filtros especiales”, adelanta el regidor.

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