Blasa Martín cumple un siglo de vida rodeada de su gente en La Carolina
Su familia organizó una emotiva fiesta donde asistieron todos sus nietos y bisnietos e incluso el alcalde del municipio


Febrero, un mes muy especial en La Carolina, donde se celebró que Blasa Martín Barato cumplió cien años de vida. Nació en Huertezuelas —Ciudad Real— el 3 de febrero de 1925, en el seno de una familia numerosa, trabajadora y humilde, con las dificultades que caracterizaba a la sociedad de aquellos tiempos.
Su nacimiento coincidió con el día de San Blas, y de ahí su peculiar nombre. Durante toda su vida se dedicó al cuidado de sus seres queridos. “Su oficio ha sido el de madre y ama de casa”, dijeron los familiares, quienes destacaron que lo más importante en su vida siempre ha sido el bienestar de sus hijos y nietos. Del mismo modo, Blasa Martín cuidó de sus padres, de las personas mayores que necesitaban ayuda cuando todavía era joven, al igual que de sus hermanos, pues formaban una amplia familia.
Su marido, Justo Chicharro del Moral, trabajó como pastor y, según cuentan sus familiares, podía estar durante largas temporadas en la sierra con los animales, por lo que Blasa se encargaba de cuidar a sus hijos Sofía, Anacleta y Justo. En 1968 se trasladó con su familia al municipio jiennense de La Carolina, el lugar donde decidieron instalarse. Vieron en el pueblo un mejor futuro para sus hijos, además de que tenían familiares que también se trasladaron a municipios jiennenses como Bailén, Linares e incluso La Carolina, por lo que construyeron un círculo familiar en lo que sería su nuevo destino. Además, según comentó su nieta política, Maribel Rodríguez, cuando Blasa se trasladó “todavía era adolescente”, y cuando los hijos crecieron “echaron raíces”, por lo que planificaron sus vidas en el municipio donde crecieron.
Por otra parte, Blasa y su familia pronto tuvieron el cariño de los vecinos. Así lo explicó Maribel: “Siempre se ha hecho de querer porque es una mujer muy cordial, social y buena. Ahora vive en el Centro Residencial y ahí le quiere todo el mundo. Además, es un portento. Con los años que tiene puedes mantener una conversación y además cuenta las cosas con una sonrisa. Es muy dulce y siempre se ha hecho de querer entre la gente que le rodea”.
El día de su cumpleaños, su familia le organizó una emotiva fiesta donde asistieron todos sus nietos y bisnietos. También asistieron miembros del Ayuntamiento, según comentó Maribel: “Vino el alcalde, que le dio un ramo de flores y una medalla del pueblo. Eso es algo que a la gente mayor le encanta. Se puso tan contenta que se lo contó a todo el mundo que le conoce”.
Igualmente, la protagonista de la historia continúa ofreciendo buenas conversaciones y recuerdos a sus familiares y allegados. Todavía recuerda momentos malos y difíciles, pero también los buenos.
De esta forma, la familia que creó junto con Justo Chicharro celebró con gran alegría el siglo de vida de una de sus personas más importantes, la que tomó la decisión de trasladarse al lugar que hoy también es el hogar de sus nietos y bisnietos, donde forjaron sus caminos y amistades.
Blasa Martín Barato, esa noble mujer que dedicó toda su vida al bienestar de sus seres queridos, y que hoy es admirada por todo el pueblo jiennense de La Carolina.