arriba durante todos estos años”

PREMIO “EXPEDIENTE BRILLANTE”

19 jul 2019 / 11:07 H.

Culminar una carrera universitaria con resultados excelentes es ciertamente complicado. Más aun cuando la elección es Medicina, una de las opciones más anheladas a la vez que temidas por los estudiantes que se enfrentan a la prueba de selectividad. Su duración y el volumen teórico y práctico de sus asignaturas impresionan a cualquiera. A pesar de ello, Pedro Antonio Guirado puede estar orgulloso de haber concluido sus estudios con un expediente académico brillante.

Este joven de Chilluévar se lanzó hace seis años a conquistar su sueño de ser médico, superando las reticencias iniciales que rondaban por su cabeza. “Me echaba para atrás que fueran tantos años y tan difíciles, pero sabía que si escogía otra opción, siempre me iba a quedar la duda de qué habría pasado”, confiesa.

Así comenzaba un camino que requería su traslado a Granada, ciudad de la que guarda grandes y gratos recuerdos. “Allí he hecho algunos de mis mejores amigos. Los malos ratos de estudio y exámenes se han visto totalmente compensados por los ratos de cafetería y risas con ellos”, afirma.

Precisamente el equipo que formó con sus compañeros es una de las causas de su perseverancia. Pese a la dureza del primer año, nunca se planteó abandonar sus estudios para escoger una vía más fácil. La experiencia le permitió conocer sus límites y saber dosificar su esfuerzo según las necesidades de cada asignatura, lo que hizo para él que “todo fuera rodado”, y que pudiera compaginar sus estudios con el disfrute del tiempo libre.

Pedro considera que su gran motivación siempre ha sido verse convertido en un gran médico. Tras terminar la carrera y enfrentarse al MIR, consiguió una calificación que le abría las puertas a cualquier especialidad. “Fue una decisión muy importante. Me gusta mucho la medicina en general, así que me fue muy difícil decantarme por una sola rama”, relata.

Finalmente, lo hizo. A pesar de las muchas opciones que tenía sobre la mesa, la neurología terminó revelándose como su debilidad: “Esta especialidad es un reto intelectual, porque del sistema nervioso se sabe mucho, pero aún hay aspectos que descubrir”.

Una Matrícula de Honor en su Trabajo de Fin de Grado puso el broche de oro a su etapa como estudiante universitario. Desde hace dos meses, Pedro está inmerso en su nueva vida como médico residente. “Las prácticas que realizamos durante la carrera son muy observacionales, tiendes a estar muy cohibido. Ahora es un trato médico-paciente totalmente”. Con una evidente ilusión por esta nueva andadura, Pedro continúa construyendo su camino hacia la meta de ser médico. El futuro dirá dónde está su techo.