“La Denominación de Origen Sierra Mágina es nuestro mejor aval de calidad para la defensa de la producción tradicional”
PREMIOs AL COOPERATIVISMO
Fue en el año 1971 cuando la Cooperativa Santa Isabel de Torres inició su andadura. Una almazara situada en el interior del pueblo, con un volumen de producción y un número de socios discreto. Después de tantos años, solo el trabajo duro y la dedicación explican su situación actual: más de 600 socios, una media de 7 millones de kilos de aceituna molturados y una producción de un millón y medio de litros de aceite de media por campaña. Detrás de estas cifras, una firme apuesta por la calidad.
Si por algo destaca esta cooperativa es por su defensa de la tradición olivarera de nuestra provincia. Su presidente, Juan Carrasco, considera ineludible esta tarea, dada la delicada situación en la que se encuentra actualmente el sector. “Las características de nuestro terreno hacen imposible la conversión a olivar intensivo o superintensivo. O vivimos con el tradicional o nos morimos con el tradicional, es así de duro”, afirma.
La última campaña de la cooperativa fue buena en producción, con más de 7 millones de kilos de aceituna y más de un millón de litros de aceite producido. Sin embargo, la crisis del sector les obliga a trabajar más que nunca para resistir el tirón. “El problema es que los precios están por el suelo y el agricultor no ve rendimiento”, señala Juan Carrasco.
Sin embargo, es consciente de que el tipo de producción por la que apuestan les otorga un valor añadido. Una diferenciación a la que se le añade su pertenencia a la Denominación de Origen Sierra Mágina. “La producción en campiña de olivar intensivo y superintensivo tiene unos costes de producción ínfimos en comparación con los nuestros. Nuestra única arma para imponernos sobre las producciones nuevas es la calidad, y la denominación de origen es un aval que nos diferencia”, señala. Ser poseedores de este título acarrea exigencias que se convierten en la mejor garantía de la calidad de su aceite. Un aceite especial, de variedad picual —como no podría ser de otra forma en nuestra provincia—, con el amargor y el ligero picor característico de la producción de la sierra. Este AOVE lo envasan bajo la marca “Señorío de Camarasa”, contando también con producción ecológica. La experiencia de sus clientes es muy positiva: “Quien lo prueba, repite”, afirma su presidente.
Los nuevos tiempos obligan a afrontar cambios, y la Cooperativa Santa Isabel no es ajena a ellos. Así, cuentan con una página web, con tienda online y secciones que permiten al consumidor conocer más acerca del producto que adquiere. “Es un esfuerzo de promoción que esperamos que nos ayude a seguir aumentando las ventas del envasado”, declara Carrasco. Respecto al futuro, el presidente lo tiene claro: “Apostar por la calidad y buscar la excelencia, con la defensa de la agricultura tradicional para diferenciarnos frente al resto de plantaciones”. Unos retos de futuro por los que ya trabajan, con la mayor ilusión y responsabilidad.