Apurando hasta las últimas consecuencias

A las 16:11 horas se abría el paso en dirección Madrid y a las 16.30 horas el sentido a Granada, un bloqueo muy largo

31 ene 2020 / 11:39 H.
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Había una cita previa y un corte programado, exactamente a las 11:00 horas estaba convocados los agricultores de Sierra Mágina y de la Sierra Sur en el Puerto Carretero y tras la concentración, levantamiento del bloqueo de la autovía que une Jaén con Motril, a la una de la tarde. Dos horas que los organizadores y asociaciones convocantes habían conseguido de las autoridades, siendo como era un punto caliente en el tráfico rodado y de mercancías. Pero nada fue como estaba previsto, que la organización se vio desbordada del seguimiento al paro convocado para exigir un precio sin pérdidas en el aceite, una verdadera ruina para el campo de Jaén y por ende para toda la provincia. Eran las nueve de la mañana y la carretera que une Cambil y Huelma con la autovía a través del paraje conocido como “El Oasis” no dejaba un momento sin circulación, todoterrenos y tractores, los vehículos que se usan en el olivar y en el campo, llegaban por cientos. Desde ese punto y a esa hora, la circulación ya sería muy complicada en dirección Granada. Solo faltaba que se unieran los tractoristas de Carchelejo y de Arbuniel y entonces sí que quedó cortada la circulación, pese a los intentos de la Guardia Civil de mantener al menos un carril abierto. Eran las nueve y media de la mañana y el asfalto de la A-44 ya no tendría por usuarios más que a los olivareros, que se fueron sumando en cada cruce, en cada puente a los que ya de por sí componían una caravana kilométrica.

En el sentido Madrid, Puerto Carretero abajo, el trabajo para el bloqueo lo estaban realizando los tractoristas y olivareros de Noalejo y Campillo de Arenas, más la tromba que se sumo de la Sierra Sur, con Alcalá la Real y Frailes a la cabeza, pero allí había también agricultores de La Ribera, de La Hoya del Salobral, de Santa Ana o de Ermita Nueva.

PUEBLOS DE GRANADA. La fuerza jiennense se vio aumentada con la presencia de agricultores de pueblos cercanos al Carretero. Habían llegado desde Montejícar, de Campotéjar, de Montefrío, de Tocón, de Guadahortuna, de Benalúa de las Villas, de Montillana o de Dehesas Viejas. Un clamor verdadero.

Los tractores de la Sierra Sur se congregaron en el Polígono de Campillo de Arenas, donde hubo lectura de manifiesto y tras el aplauso general a lo que leyó el delegado de la Unión de Pequeños Agricultores de la Sierra Sur, Cristóbal Cano, a la autovía a arropar al resto de congregados. Eran las 11 de la mañana y ya estaba cortado todo, en ambas direcciones. La Guardia Civil dejaba hacer, solo abría paso para una urgencia en un vehículo y para una ambulancia; no eran bien recibidos junto a los cortes, ciertamente. Así pasaron los minutos y las dos horas previstas, con cánticos generales entre los presentes: “Los agricultores, unidos, jamás serán vencíos” o otros más explícitos: “Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”, sin olvidar otros con destinatarios claros y evidentes: “Dónde están los políticos, los políticos dónde están, dónde está los políticos...” No apareció ningún político por allí, salvo los alcaldes que arroparon a sus olivareros, como el de Carchelejo y el de Pegalajar o la alcaldesa de Frailes y el de Cambil; alcaldes y alcaldesas que viera el cronista enviado al Puerto Carretero, sin descartar que hubiese más entre el inmenso gentío que se desplazó hasta el punto de cita.

A partir de la una de la tarde se hizo más presente y empezó a dialogar con los manifestantes, al principio con gritos, pero poco a poco se fueron cruzando las primeras palabras. Para esa hora, algunos agricultores habían quitado los tornillos de los quitamiedos y algunos tractores de sentido granada se estaban pasando a dirección Madrid por la mediana abierta y entre aplausos generalizados. Es en ese momento cuando los periodistas fueron increpados por grabar esas maniobras, al decir de los manifestantes, porque si se grababan las matrículas, los tractoristas podrían ser multados por esas maniobras. Ni que decir tiene, que cualquier movimiento que se producía en ese bloqueo general, por mínimo que fuese, era grabado por cientos de cámaras de los mismos olivareros allí presentes.

Casi como en la canción de Sabina, pero en horas a pleno sol, dieron las dos y las tres y la cosa barruntaba ya intervención de la Guardia Civil mientras la gente tomaba cerveza y bocadillos en las neveras que llevan en los tractores o en los todoterrenos. No llegó a producirse la intervención, que los responsables del Tráfico se mostraron siempre pacientes y dialogantes. Así las cosas, la tractorada de la Sierra Sur empezó a desfilar camino de sus hogares y la carretera se fue vaciando hasta quedarse con medio millar de personas, que no estaban dispuestas a que se levantara el bloqueo, el más largo de todos cuantos se produjeron en la jornada de ayer en toda la provincia. A las cuatro y once minutos exactamente, y con los primeros roces entre olivareros, se abre la autovía dirección Madrid (ya habían llegado automovilistas reclamando sus derechos a circular ya que estaban parados desde antes de las once de la mañana) y a las cuatro y media una pala excavadora acababa con todo vestigio de fuegos y neumáticos en la carretera. Las colas kilométricas que se acercaron a la decena en ambos sentidos empezaron a desarmarse entre el estruendo de las bocinas de los camiones y los aplausos de los agricultores que aún aguantaban a esa hora la llamada de sus organizaciones agrarias para defender el pan de su familia y el sustento de la provincia entera. “Esta mañana han venido a comprarnos el aceite a 1,65 euros, que por Dios, con eso dónde vamos, esto es una ruina, que hagan algo por nosotros”.

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