Antonio Cuesta: “Valoro tener tiempo y mucha paz”

El profesor de Historia y Ciencias Sociales ha cambiado el ritmo rápido de la capital del Estado por la tranquilidad de La Puerta de Segura

01 ago 2024 / 16:35 H.
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LA ENTREVISTA

El ritmo de vida de una gran ciudad le hizo reflexionar. Decidió cambiar de aires con el fin de encontrar un lugar que le proporcionase cierta serenidad y le permitiese disfrutar más de su tiempo libre. Siempre ha pensado que “para entrar a una habitación, necesitas cruzar una puerta”. Encontró La Puerta de Segura y pensó que no había un destino mejor que ese.

—¿Cómo le ha llevado la vida a residir en La Puerta de Segura?

—He estado la mayor parte de mi vida en Madrid. Mi vida laboral comenzó como docente de Historia y Ciencias Sociales. La docencia me gustaba, pero por diferentes cuestiones, cambié de trabajo y me puse al servicio de una multinacional como director de ventas y desarrollo de negocios. Sin embargo, con el paso del tiempo, decidí volver a una de mis mayores pasiones: la fotografía. Desde hace unos años cuento con mi propia empresa, realizamos cursos y exposiciones. Debido al modelo de trabajo con el que cuenta, puedo moverme de aquí para allá, no tengo porque tener una residencia fija. Eso, sumado a mi fanatismo por descubrir lugares desconocidos, ha hecho que resida en muchos lugares. De ahí que ahora me encuentre aquí.

—¿Tiene pensado quedarse durante mucho tiempo?

—Mínimo durante dos años. Sin embargo, si para entonces siento que mi sitio está aquí, le aseguro que no me moveré. Solo llevo unas semanas aquí, pero ya me estoy familiarizando con el entorno. Es verdaderamente espectacular. La naturaleza, la tranquilidad, sus gentes... El simple hecho de salir a pasear ya es algo a destacar. Por desgracia, la gente en Madrid ya no pasea, simplemente vamos de un lugar a otro.

—¿Abandonó Madrid por eso?

—Y por más cosas. Siento que es una ciudad que me sobrepasa. Al igual que muchas capitales, se ha convertido más en un lugar de paso para turistas que para ser un hogar que perdure.

Aún queda vida en algunos barrios, donde perduran algunos negocios familiares, pero no sé si les quedará mucho tiempo. Necesitaba un cambio.

—¿Qué fue lo que más le atrajo de la provincia de Jaén?

—Lo primero que me llamó la atención es que es una de las provincias que cuenta con un mayor número de espacios. Entre las opciones que tenía, me decanté por La Puerta de Segura. El cambio ha sido maravilloso. No hay ruidos de atascos, ni sirenas resonando. Es cierto que echo de menos algunas cosas más específicas, como quizás un restaurante japonés (risas). Pero eso no es un problema. Estoy a una hora de Úbeda en coche. De hecho, me gustaría visitar más de la provincia, pero será cuando pase el calor. Ahora mismo resulta imposible.

—¿Cómo le va con sus nuevos vecinos de La Puerta de Segura?

—De maravilla. Confieso que me sorprendió mucho cuando salí y vi a personas sentadas en las puertas de sus casas tomando el fresco. Me hablan al verme, porque claro, aquí se conocen casi todos. Pero poco a poco creo que estoy encontrando mi lugar. Además, el alquiler de la casa en la que vivo me pareció una gran oferta. No me quiero ni imaginar cuanto me costaría algo así en Madrid.

—A raíz de eso, hay problemas con la vivienda en la actualidad. Al ser una persona que se mueve tanto, ¿cómo lo percibe?

—Puedo hablar principalmente por Madrid, que es lo que más conozco. Cuesta mucho encontrar algo asequible. Ya no hablo del centro, sino de las propias afueras. Además, el tema de los pisos turísticos lo ha disparado todo. No puede ser que alguien que posea 25 viviendas pueda hacer eso. Los ciudadanos se quedan sin un lugar en el que poder vivir. Por eso me siento muy afortunado de lo que he encontrado aquí.

—¿Qué tiene pensado hacer durante su larga estancia?

—Además de mi trabajo, escribo sobre mi día a día aquí. Por mi interés en la Historia, me gustaría escribir acerca de Iznatoraf, durante Al-Andalus. Viajaré allí.




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