Una masiva conmemoración

Los fieles evocan que La Morenita se apareció a un pastor en 1227

12 ago 2019 / 11:16 H.

La tradición establece que la Virgen de la Cabeza se apareció en la sierra de Andújar a un pastor de Colomera (Granada) la madrugada del 12 de agosto de 1227. Este episodio, fundamento de la fe hacia la Virgen de la Cabeza, se conmemora cada verano con multitudinarios actos. En 2019 se conmemoró el 792 aniversario.

Una multitud de devotos se encaminó hacia el cerro del Cabezo para participar en la singular noche de oración. Las citas comenzaron con la llegada de la cofradía matriz hasta el santuario, al filo de las ocho de la tarde. Justo después, el colectivo iliturgitano presentó sus respetos a la Reina de Sierra Morena. En torno a las ocho y media se realizó el recibimiento a las hermandades filiales. Desde las nueve se rezó el santo rosario. La procesión de traslado se efectuó pasadas las diez y media.

A las once empezó la misa, presidida por Francisco Juan Martínez Rojas, vicario general de la Diócesis. Ya de madrugada, se celebró el desfile procesional por las calzadas de la basílica menor. La recogida llegó tras más de una hora y media en la calle. Se trasladó de nuevo hasta su camarín entre la expectación de numerosos fieles. Justo después, los creyentes tuvieron la oportunidad de besar el manto de la Señora. Se acabó con la entronización de La Morenita y el rezo colectivo de la salve.

Los peregrinos, llegados desde los más diferentes puntos de la provincia de Jaén y de otros lugares de dentro y fuera de Andalucía, disfrutaron de la jornada. Este año las temperaturas resultaron llevaderas. Los fieles, por la tarde, tuvieron la ocasión de contemplar los paisajes del Parque Natural de la Sierra de Andújar, uno de los espacios protegidos más importantes del sur de España.

Sin resultar tan multitudinaria como la romería del último domingo de agosto, la Aparición, al coincidir con las vacaciones de agosto también es una cita muy concurrida. Una vez más, destacó la implicación de los padres trinitarios y de los anderos, que hicieron un esfuerzo para llevar a la Virgen de la Cabeza por unos parajes naturales repletos de historia.

Según el relato sobre el episodio que se conmemora Juan Alonso Rivas era muy piadoso, que quedó impresionado por unas luminarias sobre una montaña, acompañadas de tañido de campanas. Al llegar a la cumbre, en el hueco existente entre bloques de granito halló una pequeña imagen mariana. Rezó con la fe que lo caracterizaba y estableció un rezo con Ella. Al final se le curaron los problemas que tenía en el brazo. Después del acontecimiento se erigió en el lugar una ermita, germen para el futuro santuario.