Un sendero de alegría entre jaras y romero hacia La Morenita

Más de 160 carretas completan la tradicional subida al Cerro

29 abr 2018 / 09:46 H.

Ni vacaciones de verano ni nada. Lo que recarga las pilas para todo un año es la Virgen de la Cabeza”. Aunque vive en Segovia, es de Los Villares de Andújar y, cada año, el último fin de semana de abril tiene una cita con sus raíces. Y el camino que la separa de su mejor antídoto contra la monotonía y los problemas lo hace en carreta, exactamente, en “Tomate con sal”, entre familia, amigos y mucha buena gente. Esta es una opción, una liturgia en toda su extensión, que eligen cientos de iliturgitanos que, cada año, completan los más de 24 kilómetros que separan el núcleo urbano con el Cerro del Cabezo, con la especial parada en Lugar Nuevo. Este año, en concreto, como anunció la Federación de Peñas, hasta 163 carretas, un incremento con respecto al año pasado, especialmente, por la constitución de nuevos colectivos romeros que equilibran la balanza con las bajas de las peñas romeras más antiguas, un relevo generacional en el gozoso camino hacia la morada de la Reina de Sierra Morena.

Antes de que dieran las ocho de la mañana, las primeras carretas dejaron atrás la calle Alhamar de Andújar para salir hacia el Camino de las Cadenas. Sin previsiones inicialmente de lluvia, sí algunas nubes y una fría brisa, dirigieron las miradas hacia el cielo, pero no fue más allá. Pronto lució el sol que calentó a ratos, especialmente a la llegada al Jándula y la entrada a Lugar Nuevo. Entre palmas y cantos, y con un buen desayuno, transcurrieron los primeros kilómetros. Sin prisa, pero sin pausa. La Morenita esperaba a sus romeros y estos completaron con ganas el camino. Abría la Peña Romera Las Carretas, fundada en 1983, y tras ellas, la Caseta Andaluza Cultural, la Peña El Madroño, Aires de Romería, Brisa del Jándula, Peña Los Jarales, Esperanza Romera y Flor de Sierra Morena, entre muchas otras. Con un coordinado dispositivo de control y seguridad por parte de la Federación de Peñas y la Guardia Civil y Policía Nacional Adscrita a la Junta de Andalucía, el camino se completó sin incidentes apenas reseñables, más allá de alguna caída. Organizar este inmenso grupo no es nada fácil y los romeros más veteranos aún recuerdan cuando, hace un cuarto de siglo, apenas subía el camino una veintena de carretas y se recreaban más durante el trayecto. Ahora, para llegar puntuales al tradicional almuerzo en Lugar Nuevo, hay que llevar un ritmo más constante. Entre todas ellas, hay tractores “nodrizas” para prevenir cualquier avería, el parón de la comitiva y su consecuente retraso. Eso sí, siempre hay altos en el camino y los romeros no dudan en saltar de las carretas para reponer fuerzas con buen jamón, queso y flamenquines, aliviar la sed con una cerveza bien fresquita, además de bailar unas sevillanas y disfrutar del paisaje. De hecho, una Sierra Morena en todo su esplendor primaveral les regaló este año fantásticas panorámicas en el trayecto a los romeros. Los lluviosos marzo y abril han llenado de vida todos sus rincones y el privilegio de recorrer este espacio natural.

Este año, además, las carretas estrenaban nueva normativa para la subida de las carretas al Santuario. La Federación de Peñas Romeras y Marianas de Andújar anunció que se considerarían faltas graves determinados comportamientos. Concretamente, se entiende como falta grave no llevar el “decoro debido” dentro de la carreta y fuera de ella, mientras se circula en caravana o en los aparcamientos y, sobre todo, al circular por las calles de Andújar y en el Cerro. Los ejemplos son utilizar disfraces, arrastrarse por el suelo, llevar colgaduras de jamones y otros objetos, llevar altavoces en el exterior de las carretas y reproducir música ajena a la celebración de la Romería, como puede ser el reguetón o el bakalao. Y, en principio, las nuevas normas se han acogido sin mucha polémica pero, claro, el camino relaja el protocolo y Shakira, Sabina y hasta Héroes del Silencio resonaron entre jaras y encinas.

Después de las dos de la tarde, con un ligero retraso, cruzaban ya las carretas el puente sobre el Jándula, una de las estampas más esperadas cada año y, con ella, el anuncio de la inminente llegada al Santuario del Cabezo. Allí estaba su Virgen para darles la bienvenida. Unas seis horas de senda que tuvieron la mejor recompensa, llegar, después de un largo año, a encontrarse con La Morenita.