Sin rastro de Juan Pedro Expósito, un mes después

El dispositivo de búsqueda del hombre desaparecido el pasado 26 de febrero se mantiene, pero sin tanta “presión”

31 mar 2016 / 09:15 H.

La Guardia Civil nunca cierra una investigación hasta que da con la solución. No lo hace, por mucho tiempo que pase, y en contra de lo que algunos puedan pensar. Se demuestra en el caso de Juan Pedro Expósito, un vecino de Andújar de 46 años, que desapareció en la Sierra de Andújar hace más de un mes y cuya búsqueda no se detiene. Eso sí, el rastreo no mantiene la misma intensidad que los primeros días, cuando un centenar de personas participó en la batida, en la que colaboraron muchos voluntarios. Ahora, el dispositivo continúa, pero “sin tanta presión”. A la misma vez, todas las líneas de investigación abiertas para dar con el paradero del iliturgitano.

La desaparición se denunció a finales de febrero. Fue el 26, por la tarde, cuando Juan Pedro Expósito paseaba por las inmediaciones del embalse del Jándula, en la zona conocida como “La Lancha” y, más concretamente, en el cerro denominado como “Las Cárceles”, junto al antiguo poblado de trabajadores del siglo pasado. En ese espacio fue donde se centraron las primerísimas labores para localizar al iliturgitano.

En la primera semana del dispositivo, sobre el terreno llegaron a trabajar un centenar de profesionales y voluntarios, entre los efectivos de la Guardia Civil y diversas agrupaciones provinciales de Protección Civil. Además, se sumaron cuatro equipos cinológicos que trabajaron con los perros olfateando cada rincón del abrupto terreno. Tampoco dejó de operar el helicóptero del cuerpo del Instituto Armado y un gran destacamento de montaña llegado desde la provincia de Granada. Las labores fueron especialmente complicadas por la dificultad que entraña la zona, ya que está compuesta por importantes desniveles rocosos y plagados de maleza. A esto se le sumó el peligro por la humedad. En este primer rastreo también participaron miembros del Infoca, agentes forestales, guardas de las fincas y numerosos vecinos.

Juan Pedro Expósito marchó el viernes 26 de febrero a recoger espárragos por la zona. Es un hombre experto en estas actividades. Eran las dos y media de la tarde del viernes cuando dejó el teléfono móvil en el coche y el perro y ascendió a la cima de la colina. Según indicaron algunos testigos y la propia familia, estaba con tres personas más, que no volvieron a verle más. Días después, sí que apareció el animal.