Bodas de oro de un trinitario

El salmantino Salvador Egido Vicente celebra medio siglo en el sacerdocio

28 jun 2016 / 11:45 H.

El padre trinitario Salvador Egido Vicente celebró sus bodas de oro sacerdotales en la Basílica y Santuario de la Virgen de la Cabeza, en el cerro del Cabezo. El templo fue el lugar elegido para acoger la fiesta de los treinta años de ejercicio del religioso. Por ello, se celebró una solemne eucaristía, que Egido Vicente concelebró junto a miembros de las comunidades del santuario y Andújar. También oficiaron otros trinitarios, compañeros de promoción del homenajeado, llegados desde diferentes destinos del mundo.

En las bancadas de la basílica, entre otros invitados, estuvieron sentados el concejal de Economía, Hacienda, Cuentas y Festejos del Ayuntamiento de Andújar, Pedro Luis Rodríguez, representantes del laicado trinitario y del Consejo Pastoral de la Basílica del Santuario de la Virgen de la Cabeza. Al cumpleaños también se unieron miembros de la Asociación de Amigos del Santuario, colaboradores de la entidad y diferentes cofradías con las que el celebrante tiene una relación cercana, además de representantes de la Federación de Peñas Romeras.

Fueron cientos los fieles que quisieron acompañar al padre en este momento tan especial de su carrera. Igualmente, asistió una representación de la Agrupación de Hermandades y Cofradías del Arciprestazgo de Andújar y de la Hermandad del Buen Remedio de Andújar, de la que los trinitarios son consiliarios. En este acto también estuvieron presentes los representantes de la Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza. Posteriormente, tras la celebración de la eucaristía, se sirvió un almuerzo de convivencia en el que, tras finalizar, los distintos asistentes entregaron obsequios y recuerdos al trinitario. Fue el momento de alabar el trabajo del padre Salvador y recordar su labor. A este aplauso colectivo se sumó el superior de la Basílica, Domingo Conesa; los actuales hermanos mayores de la Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza de Andújar, José Antonio Hinojo y Mercedes Fernández; el concejal de Festejos, Pedro Luis Rodríguez, y representantes de los distintos colectivos y particulares que quisieron mostrar su admiración al trinitario.

El padre Salvador Egido Vicente, nacido en tierras salmantinas, es actualmente miembro de la comunidad religiosa del templo del Cabezo. Su ordenación sacerdotal llegó el 4 de junio de 1966 en la iglesia de los Trinitarios de Córdoba. Con anterioridad, había estudiado en distintos seminarios y en otros centros formativos, al tiempo que daba los pasos vocacionales pertinentes dentro de la Orden de la Santísima Trinidad. Igualmente, en estos cincuenta años son varios los destinos del padre, con una labor misionera en Madagascar y experiencia docente, como profesor de Primaria, en colegios de la orden. Cabeza destaca su presencia en el centro iliturgitano. Allí, por su talante, bonhomía, disponibilidad y entrega dejó una huella y unos lazos humanos imborrables, no solo en el apartado educativo, sino sacerdotal, además de llegar una gran huella en el laicado trinitario y catequistas del colegio.

Unos padres muy queridos en la ciudad

Fue el obispo Manuel Basulto Jiménez el que entregó el Santuario a la Orden Trinitaria. Desde entonces, estos religiosos están al frente del lugar sagrado del que solo tuvieron que salir entre 1936 y 1937. Los padres trinitarios tienen mucha vinculación con los habitantes del poblado y la sierra y también con la enseñanza, con un colegio en pleno centro de la ciudad iliturgitana.