Bendiciones de los patronos

Devoción y sentimientos desbordados con San Isidro y la Virgen del Campo

16 may 2019 / 18:32 H.

Las paredes encaladas y la gente llana fueron testigos de la procesión de San Isidro, un año más, en la pedanía de La Ropera. Amanece un nuevo 15 de mayo en el distrito andujareño con el alegre repicar de campanas y el estallido de cohetes. La primera actividad que abrió el día del patrón ropereño no fue otra que un desayuno fraternal entre todos los habitantes en la plaza de la Virgen del Campo. Al mediodía, de igual manera, vecinos y visitantes almorzaron juntos en las dependencias municipales en una jornada que brilló por su fraternidad y convivencia.

En torno a las ocho y media de la tarde, el párroco de la pedanía, Manuel Jesús Rus, presidió la solemne eucaristía previa a la procesión. Tras acabar el rito litúrgico, las puertas del templo se veían abarrotadas de personas que, con ansia, deseaban depositar sus plegarias a su titular. Las andas de San Isidro eran portadas por multitud de vecinas y el trono de Nuestra Señora del Campo por los hombres de La Ropera. La imagen mariana procesiona también, en esta jornada, como de igual manera lo hace San Isidro, en la festividad de la patrona de la pedanía, el próximo 8 de septiembre.

En esta ocasión, la procesión por las calles principales del distrito andujareño contó con un especial acto, que fue la bendición del nuevo monumento en honor de la Virgen del Campo en la plaza que lleva su nombre. En el mismo luce la alfarería del andujareño Pedro López, donde rezan los nombres de los primeros colonos del lugar, provenientes de Écija y Génave, así como los escudos de los municipios y la historia de la pedanía. Sobre una gran columna, entronizada, una réplica en piedra de la Santísima Virgen.