Así fue la presentación de la Cofradía Matriz ante la Virgen de la Cabeza

Es el momento más emocionante que vive cualquier romero. La presentación ante la Virgen de la Cabeza después de un largo camino se convierte en un reguero de lágrimas, de palmas, vítores y vivas hacia la Reina de Sierra Morena. Se olvida pronto el esfuerzo que hay que realizar para sortear la pendiente que hay que subir hasta llegar al santuario. Una mirada a los ojos de La Morenita basta para dejar atrás el cansancio. Los hay que suben a pie, otros descalzos, de rodillas... Hay que vivirlo para sentirlo.

Al filo de las once de la noche hizo su entrada la cofradía matriz. Cuántas palmas recibió la Rosa de Oro de esos devotos que tanto quieren a su imagen. Antes, durante toda la tarde, hacerse hueco en las inmediaciones la basílica para entrar y recibir la bendición era casi una odisea Un continuo río de gente ascendía por la calzada que separa el poblado del templo, entre penitentes, romeros, simples curiosos y miembros de las cofradías filiales.