Unión, promoción y formación para frenar la crisis de precios

Un multitudinario foro de Amici Culturae recoge ideas sobre el aceite de oliva

05 nov 2019 / 16:57 H.

Agricultores y empresas molturadoras están muy preocupados por la crisis de precios que azota el sector del aceite de oliva. Eso quedó meridianamente claro con el lleno absoluto que registró el Edificio Joven con un foro de debate organizado por el colectivo Amici Culturae para explorar soluciones a la baja cotización del “oro verde” de Alcalá la Real.

El acto, moderado por Valeriano Cano, comenzó con intervenciones a cargo de la almazarera Mercedes Cano y Juan Pulido, José Antonio Ramírez y Antonio Cano, presidentes, respectivamente de las cooperativas San Antonio, Martínez Montañés y San Adolfo. Los invitados coincidieron, básicamente, en las posibles medidas para impulsar los precios, como concentración la oferta mediante una mayor unión, promocionar el virgen extra en el exterior y desde la escuela —para captar nuevos mercados y fomentar la cultura del aceite— y alentar la calidad. Los componentes de la mesa, igualmente, defendieron la conveniencia de que las administraciones, por ejemplo a través de la Política Agraria Común, apoyen el olivar de montaña por su importancia para fijar población y crear riqueza en las áreas rurales.

Especialmente interesante resultó el posterior coloquio. Recibió una fuerte ovación el empresario Carlos Bardón, quien abogó por “la formación, la formación y la formación” para que desde el primer agricultor sepa que un virgen extra es aquel zumo sin defectos. Denunció que un artículo de enorme calidad y muy rico en polifenoles, utilizado para corregir otros aceites foráneos inferiores, “se malvende” en la actualidad.

Por su parte, Rafael Castro, director técnico de la Asociación de Producción Integrada Alcalá-Sierra Frailes hizo interesantes reflexiones. Argumentó que en la lucha los primeros que deben moverse son los cultivadores para expresar su opinión en foro y “chinchar” a los políticos para que peleen por sus reivindicaciones. Asimismo mostró la dificultad de competir con los superintesivos en un olivar de difícil mecanización aunque mostró la personalidad del aceite de montaña como baza. Castro abogó por la calidad y consideró que este año los molinos deben abrir cuanto antes. Propuso extender la formación en cata y por lograr un aceite sin residuos. Como idea de ahorro, lanzó reducir los costes con la unión de cooperativas para la molturación conjunta en una fábrica moderna y un equipo de ventas.