Testigo, tras 81 años, de la batalla de la Cornicabra

Una granada de mortero de la Guerra Civil aparece, con la carga explosiva intacta, en el entorno de Fuente Álamo

10 ago 2019 / 12:43 H.

Estábamos cargando unas piedras con una máquina excavadora y debajo del montón apareció. Se ve que después de la Guerra Civil alguien encontró la bomba y, aprovechando que estaban recogiendo piedras de los olivos, la dejaron enterrada para evitar que alguien la manipulara”. Así relata Miguel Ángel Ramírez el hallazgo de una granada en la finca familiar del paraje de la Cornicabra, en el entorno de la aldea de Fuente Álamo. Es un proyectil de mortero de 75 milímetros de la marca Valero. Después de que los dueños avisaran a la Guardia Civil, horas después, un equipo especializado en desactivación de explosivos se encargó de detonarlo. Tenía la carga intacta, como quedó patente en la fuerte explosión con la que quedó anulada.

La bomba llevaba en la zona más de ochenta años. El investigador Francisco Martín relata que, en marzo de 1938, se produjo en lugar la denominada batalla de la Cornicabra, un intento infructuoso de las tropas franquistas por desalojar una posición republicana en el frente. Un nido de ametralladoras defendía esta altura próxima a los cerros de la Pelea y las Albarizas. El casco urbano alcalaíno, situada a unos kilómetros, llevaba desde los últimos meses de 1936 en manos de los nacionales. De acuerdo con los periódicos republicanos de la época, los rebeldes se dejaron casi trescientos muertos en las cinco acometidas. Otros lugares del término alcalaíno en los que suelen aparecen proyectiles de la época son la Acamuña y la Cabeza del Molino.