Segunda donación de órganos en un mes

Un difunto de Mures de cincuenta y tres años ayuda a la salvación de vidas

01 ago 2016 / 12:45 H.

Una actitud ejemplar. La familia de un vecino de Mures fallecido a causa de un infarto cerebral, hace unos días, a los cincuenta y tres años, autorizó la donación de los órganos del difuntos. Según fuentes sanitarias, la extracción se efectuó en Granada. En este sentido precisan que pudieron aprovecharse el hígado, los riñones, el corazón, el páncreas, los pulmones y las córneas, algo facilitado por la circunstancia de que se trataba de una persona deportista. De esta manera, se trata de la segunda donación en el plazo aproximado de un mes, después de la efectuada por los allegados del portero de hockey Álvaro García Sánchez, fallecido a principios de julio, en la provincia de Málaga.

Con su decisión, ambas familias posibilitan que, gracias a sus seres queridos, puedan salvarse otras vidas. España es un país muy sensibilizado con el asunto, que ha experimentado en los últimos años un considerable incremento en la tasa de donación de órganos, que, según las últimas estadísticas se aproxima a cuarenta por cada millón de habitantes.

consternación. El hombre fallecido en Mures era muy conocido en la pequeña aldea, donde sus vecinos se muestran apenados y elogian la actitud de sus seres queridos. Se trata de Amador Cano Martín, quien había concurrido, en las últimas elecciones municipales, como tercer suplente dentro de la candidatura socialista a la entidad local autónoma. Sin embargo, finalmente, no resultó elegido vocal. Deja una viuda y dos hijas.

María Villegas Chica, representante del PSOE en Mures, asegura que la aldea “está desolada” por la inesperada pérdida sufrida, que califica de “mazazo”. Destaca que era donante y la familia lo ha respetado. “Siempre ha estado dedicado al pueblo y al partido. Lo teníamos ahí, aunque no quería estar en primer plano. Estaba muy implicado en hacer cosas por la entidad local”, explica Villegas. La representante del partido de izquierdas elogia los valores y lo trabajador que era Amador Cano. El fallecido se dedicaba a la construcción y la agricultura y era muy apreciado por sus convecinos.