Relevo al frente de la farmacia de Santa Ana

Savia joven para un negocio familiar. A sus 32 años, Juan Antonio Marín toma el testigo de su madre, Isabel González de Lara —que se jubila— como titular de la farmacia de Santa Ana. Es un negocio que emprendió su progenitora cuando él era prácticamente un bebé. El 7 de septiembre de 1988 abrió las puertas el establecimiento, después de una lucha en los tribunales. Desde hace alrededor de una década, la botica está situada en el bajo de la casa de los Marín González de Lara, en plena travesía de la aldea, una ubicación muy céntrica y estratégica.

El actual responsable se deshace en elogios hacia su antecesora, licenciada en Farmacia como él: “Es un ejemplo para todos. He aprendido mucho de ella e intentaré hacerlo igual de bien”. Como claves de la aceptación del establecimiento, Juan Antonio Marín menciona la ilusión con la que ha trabajado su madre desde el principio y el trato cercano. La clientela procede, principalmente, de Santa Ana, aunque la hay de otras aldeas, Frailes y Alcalá.

Los planes del nuevo encargado de pilotar la farmacia pasan por continuar en la misma línea e introducir mejoras, “con un toque más moderno”. Entre los cambios introducidos, se encuentra la instalación, el pasado mes de septiembre, de una máquina expendedora, embutida en la fachada, que ofrece, las veinticuatro horas del día, preservativos, tiritas, compresas, Betadine, entre otros productos, como pruebas de embarazo. Recientemente también se colocó a la entrada un gancho para que los clientes puedan asir la correa y “aparcar” a sus perros fuera. También acaba de cambiarse la báscula. Desde hace años, Isabel, una hermana del empresario está vinculada con el negocio. Dentro de los planes está mantener el botiquín en Charilla, que atiende esa pedanía los martes y los jueves.