Ochenta años de una pesadilla

La ciudad permaneció en primera línea del frente durante toda la Guerra Civil

19 jul 2016 / 13:45 H.

La Guerra Civil fue cruenta en Alcalá la Real, un municipio que permaneció en primera línea del frente durante todo el conflicto. El levantamiento militar fascista del 18 de julio de 1936 fracasó en la ciudad. El historiador Francisco Martín relata que, en esta circunstancia, fue fundamental el hecho de que Jaén permaneció fiel a la República y el acatamiento por parte de la Guardia Civil de las órdenes de la Comandancia, que instaban a su concentración en la capital provincial y al control de los vecinos sediciosos. Añade que los dirigentes de los partidos políticos buscaron armas. De hecho, un grupo de alcalaínos acudió con tal fin a Granada —que justo entonces cayó en poder del bando faccioso— y, en los primeros días de la contienda, algunos murieron en un tiroteo y los otros fueron detenidos y posteriormente fusilados. Martín relata que el ambiente en Alcalá durante los primeros momentos del alzamiento era de alarma y de desconcierto, ya que el resultado era dispar en municipios próximos. Algunos, como los de Córdoba, fueron dominados por los nacionales y otros jiennenses y granadinos permanecieron en manos del bando republicano.

Hasta Alcalá acudieron milicianos y personajes como José Poblador, “Pancho Villa”, con incursiones guerrilleras en territorio enemigo. Se produjo la destrucción de buena parte del patrimonio religioso y crímenes y matanzas, entre cuyas víctimas había sacerdotes y terratenientes. Entre estos hechos destacan las muertes de propietarios rurales perpetradas en Los Llanos. Las tropas franquistas tomaron el casco urbano de Alcalá la Real a finales de septiembre de 1936 y desencadenaron una dura represión, con frecuentes fusilamientos a vecinos.

A parte de esta fecha, el término municipal quedó dividido, con una parte en poder faccioso y otra —situada sobre todo en la zona este— que siguió siendo republicana hasta el final del conflicto. Incluso, hubo algunas experiencias de colectivización agrícola. Al encontrarse Alcalá a caballo entre las dos zonas abundaron los bombardeos y las escaramuzas, entre las que sobresalen las ocurridas en la Cabeza del Molino, en el entorno de la aldea de Ribera Baja.

Sin embargo, el final de la Guerra Civil, en abril de 1939, no significó la terminación de los sufrimientos para los habitantes de Alcalá la Real. Por un lado, decenas de ellos se convirtieron en presos políticos y, en algunas ocasiones, fallecieron en el penal de Valdenoceda (Burgos) o fusilados en Jaén. Por otro lado, el municipio fue frecuentado por partidas de guerrilleros como la de Cencerro, que se echaron al monte ante el temor a represalias.

En resumen de la Guerra Civil significó en Alcalá la Real sufrimiento y tensión para muchas familias, de uno u otro bando, e incluso sin vinculación política definida, con algunas heridas todavía abiertas. Al término de las hostilidades se inauguró el franquismo, una dictadura que se prolongó hasta el mes de noviembre de 1975, cuando falleció Francisco Franco Bahamonde, el militar que daba nombre al régimen.