Las tumbas de la Mota optan a un premio de ámbito nacional

Votación abierta en la página web de la prestigiosa revista funeraria “Adiós”

18 ago 2016 / 13:30 H.

Unos de los elementos más asombrosos de la Fortaleza de la Mota, el conjunto de enterramientos situados en el interior de la iglesia mayor abacial, puede conseguir un premio de ámbito nacional. Se trata del III Concurso de Cementerios de España, convocado por la prestigiosa revista funeraria “Adiós”, que hace un año dedicó un reportaje a la dimensión necrológica del recinto.

Las votaciones están abiertas en la web www.revistaadios.es. Si consigue el galardón, el conjunto disfrutaría de proyección nacional gracias a la Ruta de Cementerios de España. Los restos en cuestión, excavados décadas atrás, pertenecen a sucesivas civilizaciones —prehistóricas, romana, visigótica, andalusí y cristiana—. En el lugar se superponen los vestigios de decenas de enterramientos. Los sepulcros se encuentran incrustado en la propia roca. En cuanto a las formas de los enterramientos son varias. Los más antiguos están adaptados al cuerpo humano —en algunas ocasiones con un agujero en la piedra en la que se colocaba la cabeza—. Las tumbas más numerosas son rectangulares, sin orientación concreta y repartidas de forma anárquica. En ocasiones existen cruces grabadas en los laterales, habituales en la época renacentista. La tradición cristiana hacía habitual que los cadáveres se inhumaran en recintos sagrados, con frecuencia en los templos más señeros.

El monumento tuvo en el exterior otras construcciones relacionadas con la muerte, en concreto un camposanto, que se utilizó entre mediados del siglo XIX y principios del XX, aunque hoy está totalmente desaparecido. El lugar es ocupado actualmente por plantas aromáticas —espliego—, ya que la creación del cementerio supuso “machacar” los restos de las viviendas que existían debajo. Aljibes se emplearon como osarios. Los esqueletos hallados en ellos permitieron estudiar las causas de la muerte, muy a menudo vinculada con epidemias.

Con motivo de la ocupación francesa de principios del siglo XIX las criptas y los sótanos de la iglesia mayor abacial fueron cegados, de manera que los enterramientos se hacían de manera somera entre las ruinas y los escombros, muchas veces apilando ataúdes que luego se cubrían con yeso. La situación pervivió hasta que en 1865 se edificó el cementerio.

satisfacción. La concejal de Turismo, Eva Bermúdez, manifiesta que la aspiración al premio reivindica el valor cultural de la Fortaleza de la Mota como recinto funerario y evidencia las mejoras en la revalorización del patrimonio. Por otro lado, subraya la posible promoción en todo el territorio español, derivado de la participación en el certamen de “Adiós”.