La imparable decadencia de la Plaza del Ayuntamiento

Locales comerciales cerrados y poco movimiento de peatones en uno de los puntos neurálgicos de la ciudad

08 nov 2019 / 13:15 H.
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La Plaza del Ayuntamiento ya no es lo que era. Un espacio que focalizaba la actividad desde su apertura cuando la ciudad bajó al llano desde La Mota —circunstancia potenciada por el traslado del Cabildo y de la lonja de las conocidas como Casas de Enfrente— vive, desde hace años, un claro declive. Sin embargo, la decadencia no se atenúa, sino que, al contrario, tiende a incrementarse. Basta con echar un vistazo. En la plaza propiamente dicha pueden contabilizarse hasta ocho bajos vacíos. Los últimos negocios en cerrar fueron la taberna de El Aguardentero —un auténtico emblema— y el Mesón Los Cabañas, el último nombre que tuvo lo que en su día fue el célebre Bar Regio.

La desaparición de estos establecimientos hosteleros hace que, por la tarde noche, solo quede un local en el que tomarse una copa. Además, la marcha hasta Villa Elena de la jefatura de la Policía Local, ocurrida en la primavera de 2018, reduce, más si cabe el paso, y deja sin actividad alguna el edificio del Ayuntamiento por la noche y los fines de semana. A todo ello se suma la incesante pérdida de población, que afecta al resto del centro histórico.

El deterioro demográfico y comercial es evidente igualmente en las áreas más próximas, conocidas popularmente como “callejuelas de la plaza”, donde en los últimos años han desaparecido negocios tan emblemáticos como la casi centenaria tienda de Montañés y hace unas semanas bajo la persiana la sucursal de La Caixa de El Llanillo. No obstante, de manera tímida se intentan iniciativas empresariales, como el regreso a Alonso Alcalá —Braceros— de una conocida pescadería.

Todo esto ocurre a pesar del esfuerzo de la Administración local por mejorar la imagen del lugar, con algunas propuestas como el soterrado de contenedores, la colocación de un aparcamiento para bicicletas, la colocación de toldos en verano o la renovación del arbolado con la sustitución de los olmos —aquejados por la grafiosis y siempre llenos de pájaros por las noches— por morales injertados —de crecimiento rápido y sombra generosa— y la instalación, a petición de los niños, de una fuente de botón.

Habrá que ver sin con el “equipo de Gobierno del cambio”, que comenzó su andadura a mediados de junio y con iniciativas como las subvenciones para negocios en el casco histórico, la situación se revierte y la plaza recupera su vida.

Alcalá