Expulsión de España por estafa con tarjetas falsas

La Audiencia Nacional condena a un hombre que dio dos golpes con ese procedimiento en negocios locales

23 ago 2018 / 12:41 H.

Un hombre de nacionalidad rumana, que iba acompañado de una mujer sin antecedentes penales, estuvo viviendo a cuerpo de rey ocho meses, entre abril y diciembre de 2011, gracias a la utilización de tarjetas falsas con las que realizaron numerosos cargos en establecimientos de varias provincias andaluzas. La pareja dio dos golpes, en la recta final de su espiral delictiva, en dos establecimientos de Alcalá la Real, concretamente una clínica veterinaria próxima a la Avenida de Andalucía, donde hizo un cargo de 38,95 euros, y un negocio de informática ubicado en la Avenida de Europa, donde el engaño se tradujo en un gasto por importe de 499 euros.

La Audiencia Nacional condenó recientemente al varón, que ya tenía una pena por hechos similares, a tres años de prisión por falsificación de tarjetas de crédito, un año y medio por falsificación en documento oficial y cuatro meses por estafa. La pena, reclamada inicialmente, se redujo por la aceptación de los hechos por parte del encausado y por dilaciones indebidas —ya que el proceso judicial estuvo parado alrededor de dos años—. Por otro lado, la Justicia le impuso una multa de 240 euros. Sin embargo, el tribunal sustituye el ingreso en la cárcel por la expulsión del territorio español. Además, se ordenó el comiso de los bienes intervenidos, comprados de forma fraudulenta. Finalmente se dicta una indemnización a los dueños legítimos de las tarjetas y las entidades emisoras.

El condenado y su cómplice utilizaban una técnica muy depurada. Se movían por el territorio andaluz y efectuaban cargos, en general menores de seiscientos euros, en negocios de lo más variado. Se dedicaron a la elaboración de tarjetas de crédito, bien enteramente falsas —soporte falso y banda magnética copiada— o bien falsificadas —soporte auténtico y banda magnética copiada— para lo cual se servían de dos proveedores de numeraciones por internet, cuya identidad no quedó debidamente acreditada. Les pagaban por giros a través de Money Gram y usaban, al menos, a dos personas que vivían con ellos para realizar compras con las mentadas tarjetas. De hecho, cuando la pareja fue detenida se les incautó en su domicilio, y en un garaje de Almonte (Huelva), numeroso material, documentos de identidad, aparatos usados en el proceso y artículos adquiridos con procedimientos delictivos. La operación supuso una ardua investigación de la Guardia Civil.