El poder sanador del aguijón

Una singular idea de negocio. El charillero Francisco García estrena “Apiterapia Alcalá La Colmena Sanadora”, una establecimiento dedicado a la aplicación beneficiosa de la picadura de abeja y a la venta de productos obtenidos por estos insectos, como miel, jalea real, propóleo, polen y derivados —jabones y caramelos—. García explica que el centro, situado en la Avenida de Andalucía, frente al ferial, es pionero en la provincia de Jaén.

El emprendedor, que es titulado por Bee Natura, asegura que la apiterapia es una técnica de eficacia probada para todas las afecciones de dolor e inflamación y enfermedades autoinmunes.

Entre los problemas tratados están la hernia, la ciática, la artrosis, la artritis, reúmas, lumbalgias, depresiones, migrañas, contracturas, la gota, el lupus, varices y la psoriasis. La terapia comienza con una prueba para descartar que el usuario es alérgico. Luego se comprueban los requerimientos de cada caso concreto. De acuerdo con Francisco García, el veneno de abeja tiene múltiples componentes bioactivos. La aplicación suele ser una vez a la semana, con un mínimo de ocho sesiones —la primera es gratuita— para conseguir el efecto deseado. Los animales se manipulan con unas pinzas hasta que pican en la zona concreta. Solamente se emplea un 10 por ciento del tóxico del aguijón. “Utilizamos los ejemplares más viejos de la colmena, las primeras que salen cuando se golpea la colmena. La abeja suele vivir cincuenta días y elegimos a las que les quedan solo cuatro o cinco”, indica el empresario. Subraya que esto se debe a que la concentración del veneno en esos especímenes resulta óptima.

El hecho de que cada insecto muere después de perder el aguijón es una garantía para saber que no se vuelve a usar para otra persona. Además, al ser apicultores también se garantiza que surgen más ejemplares de los que se pierden. García dice que se introdujo en el mundo de la apiterapia a raíz de la alergia al polen de su mujer. El local tiene página web y perfil en Facebook.