Cosecheros reclaman el dinero de su aceite

Productores, pese a las denuncias, llevan cuatro años a la espera de cobrar de una almazara de Santa Ana

30 jun 2016 / 11:30 H.

Sin dinero ni garantías de cobro. Numerosos cosecheros de Alcalá y Frailes arrastran, desde hace cuatro años, los impagos del molino Sagrado Corazón de la aldea de Santa Ana —actualmente opera en las instalaciones una empresa totalmente ajena al conflicto—. Los afectados no pueden ocultar su indignación y decepción. Aseguran que el importe conjunto es de cientos de miles de euros, pendientes de abono a productores con volúmenes muy variables, algunas importantes.

Aunque olivareros llevaban varias campañas sin ajustar cuentas, buena parte de la trampa corresponde a la de 2011-2012. Dos de los afectados son los hermanos Miguel Ángel y Richard García. En su día optaron por interponer una denuncia por la vía penal, aunque fue archivada. Los dos se quejan de la actitud y la falta de explicaciones del responsable de los impagos. “Pasa olímpicamente de la gente”, manifiesta Richard García. Ambos no pierden la esperanza de recuperar su dinero, ya que —destacan— la familia tiene patrimonio suficiente para hacer frente a los débitos. “Nos vamos a dejar esto parado. Ya veremos si se ríen de mí. Voy a seguir en guerra con él hasta donde tenga que llegar y seguiré con las denuncias”, indica Miguel Ángel García. Su único motivo de confianza es que, próximamente, se materialice una herencia, que permitiría liquidar las deudas. Otra de las afectadas, Dolores Cano, explica que, en su día, presentó una denuncia por la vía civil, cuya resolución espera, para cobrar los 4.600 en los que estima el montante que se le debe.

Un cosechero de Santa Ana, que prefiere mantenerse en el anonimato, destaca que el titular del negocio pagó a algunos productores todo el dinero y a otros el 20%, aunque muchos, como él, no han recibido aún ni un céntimo por los alrededor de 6.000 kilos que llevó, correspondientes a dos años diferentes. “Tengo entendido que va a llamarnos este verano. Así que puede haber novedades en estos meses”, manifiesta el santanero.

Desde que se conocieron los impagos —aunque, en un principio, los perjudicados contemplaron la posibilidad de constituirse en un plataforma— han hecho la guerra por su cuenta. En algunos casos, presentaron denuncias civiles o penales, mientras que otros damnificados permanecen a la espera. Se trata de un colectivo muy heterogéneo, ya que sus integrantes residen en diferentes núcleos de población —Alcalá la Real, varias aldeas y Frailes— y además tienen cantidades pendientes de percibir dispares, desde cifras modestas hasta otras considerables.