Alerta por al presencia de billetes falsos para películas

This is not legal tender, it’s used por motion props”. Estas frases en inglés, escritas con letras mayúsculas, cuyo significado es “esto no es de curso legal, se utilizada para propósitos de rodajes”. El rótulo aparece en una réplica de billetes auténticos que proliferan, desde hace meses, por varios puntos del territorio español y de otros países extranjeros, como Francia y Finlandia e incluso fuera de la Unión Europea. Al menos uno de ellos ha sido colocado durante los últimos días en Alcalá la Real, aunque se tiene conocimiento de que también se han movido en la Subbética cordobesa. Sin embargo, no hay descripción de los protagonistas de los hechos, que representan una evidente estafa a la víctima. El asunto ya se encuentra en conocimiento de las Fuerzas de Seguridad.

La situación obliga a estar ojo avizor en las transacciones comerciales, sobre todo por parte de los empresarios, ya que la imitación no es, en absoluto burda, y hay que esta muy atentos para distinguir los billetes falsos de los reales. En general, se recurre a los de menor valor, de cinco, diez o veinte euros para “colarlos” con mayor facilidad y no levantar sospechas. Hay que examinar el papel con atención para descubrir que es una réplica bastante bien conseguida. No obstante, aparte del rótulo antes mencionado, también aparece escrito el claro aviso “Movie Money” —dinero de película—.

Los billetes tienen un origen curioso y totalmente legal. Su adquisición es perfectamente legal, pues se comercializa a través de internet. Se trata de un artículo empleado habitualmente en la preparación de películas, series televisivas y otros espectáculos. Los autores del engaño utilizan el factor sorpresa para engañar a los afectados en un descuido.

Hace unos años, una pareja de jóvenes fue condenada por hacer circular billetes falsos de cincuenta euros en Valdepeñas de Jaén, Frailes, Ribera Alta y Santa Ana. Los hechos se remontan al otoño 2011. Finalmente fueron detenidos en la aldea santanera, donde habían entrado en dos bares, en posesión de 222,5 euros en metálico más dos cajetillas de tabaco, supuestamente adquiridas después de entregar el dinero falso. La pena fue de dos años de prisión y una multa de seiscientos euros.

legislación. En un caso como el actual, está claro que los autores no son responsables de un delito de falsificación de moneda, aunque sí de expenderla o distribuirla. En tales situaciones, se rebaja la gravedad de las penas, siempre que se acredite que los billetes se han recibido de buena fe, la entrega se produzca tras la constatación de su falsedad y el importe no exceda del limite de cuatrocientos euros. El Código Penal castiga la fabricación de billetes o monedas con apariencia de realidad, la alteración de la fisonomía, su introducción en el territorio nacional, la exportación —cuando se saca fuera del país—, el transporte, la distribución con ánimo de estafar y la tenencia. Se trata de conductas especialmente castigadas, ya que los responsables se arrogan funciones que le corresponden en exclusiva a las autoridades.