Abandono, basura y botellón en Santo Domingo de Silos

Desaprensivos aprovechan la rotura de vallas para destrozar el monumento

18 mar 2019 / 12:10 H.

Entre todos la mataron y ella sola se murió, reza el dicho popular. Algo así pasa con la histórica iglesia de Santo Domingo de Silos, considerada la más antigua de Alcalá la Real. Desde hace años agoniza, en la práctica, en tierra de nadie. El monumento, cedido por el Ayuntamiento al Gobierno central —después de comprarlo al Obispado— para la construcción de un parador —que no llega— sigue en pie porque aparatosos andamios la sujetan a duras penas.

Sin embargo, el grave deterioro es susceptible de empeorar. La rotura, en varios puntos del cercado de la parcela y del candado de la puerta del templo crea un panorma en el que los desaprensivos entran “como Pedro por su casa” y campan a sus anchas. A las desafortunadas pintadas se une el hecho de que unos pocos individuos llegan a hacer botellón en el monumento. Sin ir más lejos, en la torre del campanario, cuyo acceso está expedito al abrirse un boquete, se ven botellas, colillas, restos de paquetes de tabaco, bolsas, tetrabricks y otros desechos. Todo supone una amenaza para el inmueble, en el que se bautizaron, por ejemplo, Juan Martínez Montañés o Pep Ventura.

A la falta de civismo se une el abandono por parte de las administraciones, que, en los tiempos más recientes, después de instalar sucesivos andamiajes, solo fueron capaces de sustituir la cubierta del campanario. De hecho, en el patio de Santo Domingo de Silos hay una especie de pozo, de varios metros de profundidad, ahora sin protección al estar tirada la valla, con el consiguiente peligro de caída. Además, las múltiples grietas acrecientan el riesgo de desplome de la estructura arquitectónica que, literalmente, se hunde.

La edificación, con muestras de estilos gótico, mudéjar y renacentista, está dentro de la Lista Roja del colectivo Hispania Nostra, que denuncia en su web el peligro de derrumbe y el expolio. Recuerda que el edificio, levantado, según se cree, sobre una mezquita, data del siglo XIV tras la toma de la ciudad por las tropas castellanas y que está incluido en la declaración de la Fortaleza de la Mota como Bien de Interés Cultural, de 1931.