¿Una agresión sexual o una relación consentida?

La denunciante, que tenía 15 años, asegura que le pidió varias veces al acusado, de 16, que parara

10 abr 2018 / 09:20 H.

Relación consentida o una violenta agresión sexual? Esa es la pregunta a la que el Juzgado de Menores tiene que dar respuesta en forma de sentencia. En el banquillo se sienta un joven de tan solo 16 años. Desde octubre está interno en régimen cerrado en un centro acusado de violar a una adolescente de 15 a la que acababa de conocer horas antes en la Feria de San Lucas. Ayer, se celebró el primer día de juicio de los dos previstos de un caso que levantó una extraordinaria alarma social en la provincia, por la corta edad de los protagonistas y por la gravedad de los hechos.

La sesión comenzó con la declaración del procesado. Las fuentes consultadas explican que se mantuvo firme en su versión de que el sexo con la chica fue totalmente querido por ambas partes y que, en ningún momento, la forzó a hacer nada en contra de su voluntad. Después fue el turno de ella. Un interrogatorio largo y muy intenso, según explican varias personas que estuvieron presentes en la sala de vistas. Ella es la principal prueba de cargo. Sostuvo lo que ya había dicho siempre. Es decir, que conoció al acusado esa misma tarde en la feria y que tontearon. Se intercambiaron los números de teléfono y los perfiles de la redes sociales. En un momento dado, ambos fueron juntos hacia una zona apartada del recinto ferial para “hablar” y para hacer sus necesidades. Fue entonces cuando, presuntamente, fue agredida sexualmente por el procesado en un olivar. Según la declaración de la chica, le pidió en varias ocasiones que parara. Muy poco tiempo después de los hechos, ella acudió a un centro de la Cruz Roja, acompañada de varias de sus amigas, que ayer también declararon como testigos en el procedimiento.

La denunciante explica que fue allí para pedir ayuda. La defensa del menor acusado, por su parte, asegura que acudió para reclamar la píldora del día después y que, cuando se la negaron y los sanitarios le dijeron que tenía que avisar a sus padres, la chica decidió acudir a la Policía. “Ella fue allí voluntariamente y no fue forzada a nada por nadie. Todo lo que hizo lo hizo porque quiso. No había signos de violencia, más allá de los propios de una relación sexual entre jóvenes inexpertos”, explica el abogado de la defensa, Alberto Martín García. La abogada de la acusación particular, que ejerce la familia de la chica, declinó comentar el desarrollo del primer día de juicio.

Hay que recordar que la Fiscalía como la propia acusación particular piden para el procesado ocho años de internamiento en régimen cerrado en un centro y cinco años más de libertad vigilada. Con respecto a la responsabilidad civil solicitada (30.900 euros), los padres aseguran que la donarán a proyectos solidarios. Hoy continúa la segunda sesión de la vista oral.