Diversión y convivencia

Decir que fue el último día de sus fiestas parece que tiene una pequeña connotación de tristeza por el hecho de tener que esperar todo un año para volver a vivirlas. Sin embargo, esta sensación no tuvo ni la más mínima cabida en la despedida de los festejos del barrio Belén y San Roque. A pesar de que solo quedaban unas cuantas horas para que finalizasen formalmente, la alegría de disfrutar en hermandad con la familia, los amigos y los vecinos durante estos días colmó los sentimientos de todos y, hasta el último minuto, se mantuvo el ambiente festivo.

Y no fue para menos. Ayer se elaboraron tres enormes paellas hechas por la Asociación de Vecinos Guadalquivir, que organiza estas fiestas. Un arroz que, tal y como se esperaba, acabó sin dejar rastro en la perola. La tarde dejó paso al momento reservado para los pequeños del barrio, quienes llenaron de sus risas infantiles el barrio durante la gran fiesta de la espuma. Una actividad para la que la gota fría, sabiendo la ilusión que tenían los más pequeños, dio un tregua para no aguarles, literalmente, la fiesta.