Las condenas por el crimen de Magalhaes ya son firmes

El Supremo desestima los recursos de “Miguelillo” y “El Perenne”

01 ago 2019 / 11:34 H.

Ya son firmes las condenas a los dos autores del asesinato de Alberto Magalhaes, uno de los crímenes que más ha conmocionado a la sociedad jiennense en los últimos años. El Supremo acaba de desestimar los recursos presentados por las defensas de los procesados. De esta forma, ratifica el castigo de 20 años de cárcel para Miguel Ángel O. M., alias “Miguelillo”, que fue el autor material del disparo mortal; y el de 15 años de prisión para su cuñado, Rubén M. C., apodado “El Perenne” y considerado por la Justicia como el cooperador necesario de los hechos. Ambos tendrán que indemnizar a la viuda y a los dos hijos de la víctima con 400.000 euros. El Alto Tribunal no ha admitido a trámite ninguna de las alegaciones planteadas por ambos.

En el juicio, celebrado en junio de 2018, el jurado popular declaró a los procesados culpables de un delito de asesinato por alevosía. Es decir, que ambos tendieron una emboscada a Alberto Magalhaes en la madrugada del 25 de mayo de 2017, en la que anularon cualquier posibilidad de defensa. “Miguelillo” le disparó por la espalda, a apenas un metro de distancia. El jurado rechazó todas las atenuantes presentadas por el letrado de Miguel Ángel O. M: No hubo legítima defensa, no estaba influenciado por las drogas y el alcohol y no actuó en un arrebato como consecuencia de descubrir que su esposa mantenía una relación sentimental con la víctima. Por ello, le impuso un castigo de 18 años de cárcel por asesinato. Hay que sumar otros dos años más por un delito de tenencia ilícita de armas. Con respecto a Rubén M. C., el jurado consideró probado que fue quien llevó en coche al autor material del crimen hasta la vivienda de Magalhaes, el que le facilitó la huida del lugar y el que le dio cobertura al día siguiente mintiendo a la Policía. Por todo ello, lo consideró cooperador necesario de un delito de asesinato.

El magistrado ponente consideró en su sentencia que el grado de participación en los hechos no pudo ser igual al papel protagonista que tuvo “Miguelillo” y, por ello, le rebaja el castigo al mínimo: 15 años de cárcel. “El Perenne” siempre ha defendido su inocencia y explicó al tribunal que no sabía que su cuñado tenía intención de matar. El tribunal ciudadano tuvo claro que ambos urdieron un plan preconcebido para acabar con la vida de Magalhaes. De hecho, se consideró probado que “Miguelillo” llegó a anunciar a su esposa que iba a matar a su amante esa misma noche. Horas después de cometer el crimen, ambos se intercambiaron mensajes de móvil en los que decían que debían controlar a sus mujeres para que no hablaran.

Las defensas volvieron a plantear los mismos argumentos en los recursos planteados, primero ante el TSJA, y posteriormente en el Supremo. Miguel Ángel O. M. pidió a la sala que le quitaran la agravante de alevosía y que se tuviera en cuenta que iba drogado y que cometió el crimen como consecuencia de un arrebato. Los magistrados han rechazado sus pretensiones y confirman las conclusiones a las que ya llegó el jurado. Lo mismo ocurre en el caso de Rubén M. C. Su defensa solicitó que fuera considerado cómplice y no cooperador necesario de los hechos, lo que supondría una considerable rebaja del castigo. No obstante, el Supremo rechaza este argumento y confirma que “El Perenne” tuvo una participación activa en el crimen, ya que llevó en el coche al autor material del disparo, sabía que quería atentar contra la vida de Magalhaes y mintió a la Policía al día siguiente para que su cuñado pudiera escapar. La sentencia ya es firme.

El autor material del disparo mortal, trasladado a la cárcel de Morón

Miguel Ángel O. M., alias “Miguelillo”, tiene por delante una condena de 20 años de cárcel. Está preso desde que fue detenido el 20 de mayo de 2017, es decir, tres días después de matar a Alberto Magalhaes de un disparo en la cabeza con una escopeta. Fue arrestado por la Policía Nacional en Fuengirola, donde había tratado de esconderse. Primeramente, ingresó en el Centro Penitenciario de Jaén. Sin embargo, hace unos meses tuvo que ser trasladado debido a “problemas de inadaptación” y que “coqueteó” con las sustancias estupefacientes en la cárcel. Por ello, se le aplicó el primer grado, que conllevaba su marcha forzosa a otra prisión. Fuentes penitenciarias confirman que se encuentra en Morón (Sevilla).

El otro condenado por el crimen, Rubén M. C., sí que se encuentra en el Centro Penitenciario de Jaén, donde ya había estado con anterioridad por otros delitos contra el patrimonio. Su adaptación ha sido mucho mejor. Actualmente, está alojado en el Módulo 3, uno de los más tranquilos de la cárcel, donde trabaja en la zona de carga y descarga de materiales y mercancías. Se le considera un buen recluso, que tiene un buen comportamiento y que cumple con las normas.