La víctima señala a los acusados

Los dos procesados niegan su participación y tratan de acreditar sus coartadas

03 jul 2019 / 09:07 H.

Tenía apenas 16 años cuando cinco hombres la cogieron por la fuerza, la introdujeron en el interior de un portal del Paseo de la estación y la agredieron sexualmente. Después, los asaltantes huyeron a la carrera, ahuyentados por la presencia de los vecinos. El ataque, perpetrado a plena luz del día, conmocionó a la sociedad jiennense por su paralelismo con el caso de “La Manada”. En los días posteriores, la Policía Nacional fue deteniendo uno a uno a los asaltantes. Tres de ellos no habían alcanzado la mayoría de edad. Ellos ya han sido juzgados y sentenciados a penas internamiento en régimen cerrado en un centro de menores. Los dos mayores fueron enviados a prisión preventiva y ayer, dieciséis meses después de que ocurrieran los hechos, se sentaron en el banquillo de los acusados de la Audiencia en un juicio que se celebró a puerta cerrada.

La víctima volvió a identificar a Gabriel José C. M., apodado “El Bubi”, y a Miguel Ángel M. R. como dos de los integrantes de aquella “manada” que la abordó en el Paseo de la Estación. La adolescente, que declaró por videoconferencia, señaló a los dos hombres y lo hizo “de forma contundente” y “con una seguridad absoluta”, según explican diversas fuentes que estuvieron presentes en su interrogatorio. Su testimonio es la principal prueba de cargo contra Gabriel José C. M. y Miguel Ángel M. R.

Antes de que la sala oyera la versión de la víctima, le tocó escuchar la declaración de los dos procesados. Ambos negaron cualquier participación en los hechos y trataron de acreditar las coartadas con las que pretenden demostrar que, aquella tarde del 2 de marzo de 2018, no estuvieron en el portal del Paseo de la Estación. “El Bubi” relató al tribunal que estuvo en casa de uno de sus hermanos y que allí pasó toda la tarde. Varios familiares, que declararon como testigos de la defensa, así lo acreditaron ante el tribunal. También aportó varias imágenes que, supuestamente, se tomaron aquel día y en las que se ve a Gabriel José C. M. en la vivienda de sus parientes. Eso sí, las fotos se hicieron casi dos horas antes de que se produjera la agresión sexual.

El otro procesado, Miguel Ángel M. R., de tan solo 19 años, ha cambiado varias veces de versión. Primero, dijo que había estado en casa de su abuela. Posteriormente, aseguró que, aquella tarde, estuvo con un amigo en la zona de la Avenida de Los Escuderos, con el que estuvo compartiendo drogas. Ese conocido, un hombre de nacionalidad colombiana que se encuentra actualmente en prisión por otra causa, declaró ayer ante el tribunal de la Sección Tercera. Su relato ofreció más sombras que luces, más dudas que certezas, según las fuentes consultadas.

Ninguna de las dos coartadas tiene la suficiente contundencia, por lo que la estrategia de las defensas se basó en tratar de desacreditar la investigación policial. ¿Cómo? Los letrados de Gabriel José y Miguel Ángel intentan poner de manifiesto que el caso está “viciado” desde el inicio, ya que los agentes, según sostienen, enseñaron a la víctima únicamente fotografías de sus clientes. Ese mismo argumento ya fue utilizado en el juicio contra los tres menores y fue rechazado, tanto por el Juzgado como por la Audiencia. Ambas instancias dieron por probado que la Policía mostró más de 200 imágenes a la adolescente y que ella los identificó a todos sin duda ninguna desde el primer momento: primero, fotográficamente y, después, en una rueda de reconocimiento.

La Fiscalía acusa a Gabriel José C. M. y a Miguel Ángel M. R. de un delito de agresión sexual y otro de lesiones. En concreto, solicita 18 años de cárcel para el primero —la máxima pena posible, ya que se le aplica la agravante de reincidencia— y 17 para el segundo. El Ministerio Público señala la especial gravedad del caso, ya que concurren circunstancias como la especial vulnerabilidad de la víctima por su edad y por el lugar donde se produjo el ataque, el hecho de que fuera cometido en grupo y que tuviera un carácter especialmente violento y vejatorio.

La fiscal Isabel Uceda trata de demostrar en este juicio que la agresión sexual fue brutal, que los asaltantes introdujeron a la chica en el portal por la fuerza. Allí, le quitaron la ropa y la sometieron a tocamientos. Ella se resistió con fiereza. Llegó a morder a uno de los agresores en una mano, a lo que le respondieron dándole un bofetón e insultándola. La chica llegó “a llorar de dolor”, según siempre el Ministerio Público. La agresión cesó cuando un vecino se asomó al rellano de la escalera al escuchar los gritos de la víctima. La sala tendrá que decidir si los dos hombres que se sientan en el banquillo fueron los autores de esta terrible agresión.

La vista oral se reanuda hoy con la declaración de los peritos

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén tiene previsto continuar hoy con el juicio contra Gabriel José C. M. y Miguel Ángel M. R. Los magistrados decidieron que la vista oral se celebrara en dos sesiones debido a la complejidad del asunto. Ayer, se practicó la prueba testifical, con el interrogatorio de la víctima, de los acusados, de los policías y de varios familiares de los procesados. Para hoy, está prevista la declaración de los peritos. Están citados el ginecólogo que atendió a la víctima aquella tarde y una forense del Instituto de Medicina Legal de Jaén para analizar las lesiones físicas que presentaba la menor como consecuencia del ataque sexual. También deben declarar las psicólogas de la Fundación Márgenes y Vínculos, que trataron a la adolescente en el marco de un programa de atención a menores víctimas de atención sexual. Finalmente, la tercera pericial será de los forenses del IML de Jaén con respecto al informe médico que hicieron sobre las secuelas que presenta la denunciante. Después, la presidenta del tribunal, Esperanza Pérez Espino, pedirá a las partes que hagan su alegato final y se les ofrecerá a los acusados su derecho a pronunciar la última palabra. El juicio, entonces, quedará visto para sentencia.