Italia calcula solo 185.000 toneladas, por lo que ha de comprar mucho aceite

Las estimaciones de cosecha se vuelven a recortar, por lo que las empresas tendrán que llevarse producto jiennense

07 feb 2019 / 08:57 H.

Italia vuelve a rebajar la previsión de cosecha. Cree que tendrá alrededor de 185.000 toneladas, lo que será un auténtico desastre para su sector oleícola. Sin embargo, a veces, lo que es malo para unos puede ser bueno para otros. Si los agricultores transalpinos casi no tienen producto, sus empresas envasadoras y exportadoras, que cuentan con una gran cuota de mercado —hasta el punto de competir de tú a tú con las españolas y ser líderes en Estados Unidos hasta hace unos años— tendrán que venir a la provincia para abastecer a sus clientes. Si no lo hace, corren el riesgo de perderlos. Además, un recorte mayor de la cosecha internacional debería ir ligado a un repunte de los precios del producto en origen, lo que beneficiaría a los agricultores que sí tienen aceite o, lo que es lo mismo, a los jiennenses, que esperan una producción abundante —está en duda si se llegará a los aforos oficiales por la caída en los rendimientos del fruto—.

El Ismea (Instituto Agrícola y Alimentario) vaticina que habrá alrededor de 185.000 toneladas de aceite en Italia, lo que supone una caída del 57% respecto a la última cifra, que fueron 429.000 toneladas. En 2016, la cosecha también fue bastante mala, con 182.000 toneladas, mientras que en 2014 se registraron 222.000. En octubre, cuando todavía no se había comenzado con la recolección el Instituto Agrícola y Alimentario indicó que habrían alrededor de 265.000 toneladas de producto, por lo que la corrección a 185.000 supone un duro varapalo. Además, los productores se quedan muy lejos de la media de las últimas cinco campañas, que se encuentra en 354.800 toneladas de aceite de oliva. Existen diversos factores para explicar este retroceso productivo. De un lado, el olivar italiano acusa una importante vecería después del año pasado. Asimismo, las heladas y las tormentas le han pasado factura en fechas clave, por lo que el cultivo se ha resentido considerablemente. Tampoco hay que olvidar que se trata de un país en el que en algunas zonas se lucha contra la Xylella fastidiosa y se han tenido que arrancar árboles.

De esta manera, las cooperativas y almazaras de la provincia tienen claro que los compradores italianos, antes o después, tendrán que aparecer. Generalmente, suelen acudir a los mercados portugueses y griegos, pero, al final, necesitarán el aceite que se genera en la provincia, lo que seguro que animará los mercados.