El desgarre flamenco es otro de los atractivos de la ciudad

Joven incorporación con visos a quedarse. Como si de un hijo pequeño se tratase, el Festival Internacional de Flamenco “Ciudad de Jaén” es una de las últimas iniciativas en sumarse al Festival de Otoño. De hecho, concluyó su segunda edición en noviembre, y la verdad es que los datos vuelven a dar en el clavo del éxito, porque la acogida por parte de jiennenses y visitantes de las actividades que se programaron fue impresionante. Uno de los detalles es la fecha de su celebración. No es casualidad, se organiza, desde hace dos años consecutivos, entorno al Día Mundial del Flamenco, un arte que forma parte de la idiosincrasia andaluza y, por ende, de la de Jaén. De este modo, la capital se llena de arte con actuaciones donde el zapateo es gran protagonista, voces desgarradas que interpretan los sones más flamencos o cuerdas de guitarra que evocan los más profundos sentimientos. Todo vale, desde masterclass —en las que un experto enseña técnicas a un grupo de alumnos acerca de una disciplina concreta— hasta conferencias sobre este género musical o multitudinarios “flashmobs”, que son bailes coordinados en grupo, al más puro estilo del flamenco.

José Rojo, Encarna Anillo y Karime Amaya fueron algunos de los artistas que llegaron a la capital para darlo todo y dotar de color a una programación que, sin el valor de los profesionales, carecería de sentido. Asimismo, también se ampliaron miras en cuanto a los emplazamientos que el Festival de Otoño suele utilizar para desarrollar sus espectáculos. El escenario del Infanta Leonor y el Darymelia dejaron paso al Salón Mudéjar y a la Escuela de Arte Flamenco “El Tabanco” o el Museo Íbero, donde se desarrollaron conciertos a piano, jornadas de enseñanza y bailes grupales. En definitiva, una manera de diversificar la oferta para hacer más atractivo un festival, el de otoño, que llena de música la capital para el disfrute de los jiennenses y visitantes que acuden a la ciudad de Jaén.