El Ayuntamiento renovará el uniforme de los bomberos

La administración alcalaína “se pone las pilas”. A finales del año pasado trascendió un dictamen de la Inspección de Trabajo en el que instaba a solventar las supuestas deficiencias de equipamiento en el parque de extinción de incendios con sede en el municipio, después de la denuncia formulada por el sindicato UGT.

Ahora el Ayuntamiento lanza una licitación para renovar los uniformes de los bomberos. Prevé gastar, como máximo, una cantidad de unos 33.000 euros, con el IVA incluido. El material se divide en tres lotes. El primero consta de doce trajes de intervención —con chaqueta, peto y arnés—, quince pares de guantes profesionales, otros tantos verdugos, doce pares de botas y dos cascos F1. El segundo lote consta de diez buzos forestales y diez pares de botas forestales. En tercer lugar, se consignan catorce pantalones de parque, doce de verano tipo bermudas, catorce polos azules, veintiocho camisetas azules de manga corta, catorce camisetas azules de manga larga de cuello pull, veinticinco pares de calcetines bomba y cuatro bolsas de transporte. Se prevé un plazo de entrega de dos meses para el primer lote y de uno para los otros dos. La toma de medidas está prevista para un plazo máximo de diez días después de la adjudicación.

El pliego detalla, de manera pormenorizada, las características de los equipos en aspectos como el tejido, la membrana, el forro, el reflectante, las costuras, el hilo y las capas. El objetivo con el material, adaptado a las necesidades, es que los agentes de extinción de fuego cuenten con los medios materiales para intervenciones urbanas y en incendios forestales.

ESTABILIDAD. La situación en el parque de Bomberos se encuentra normalizada, con Manuel Collado como jefe, desde que, hace solo unos meses, se alcanzó un acuerdo entre el Ayuntamiento y los representantes sindicales. A lo largo de la actual legislatura han sido muchos los enfrentamientos entre la plantilla y la administración.

En un principio, el motivo de confrontación radicaba en las diferencias entre una parte de los bomberos y el coordinador encargado de dirigir el servicio, Antonio Lizana, quien lleva mucho tiempo de baja psicológica. Después, se acabó la división entre los funcionarios que prestan servicio, aunque se manifestaron fuertes diferencias con el Ayuntamiento a cuenta de las reivindicaciones de mejoras laborales y de una regulación de los turnos y las horas extra, hasta el punto de que llegó a anunciarse, en el primer semestre de 2018, una huelga por parte de UGT, medida de presión desconvocada “in extremis”. Incluso hubo un conflicto con CSIF por la utilización de una bolsa para cubrir las necesidades de personal. La controversia se materializó en un pleito contencioso-administrativo, con varias sentencias, del que salió ganador el Ayuntamiento.