Castigo desmesurado para el Linares en la ida

El cuadro azulillo necesitará remontar dos goles en Linarejos para seguir aspirando al ansiado ascenso a la categoría de bronce del fútbol español

09 jun 2019 / 12:56 H.

Los goles tras jugada a balón parado ponen la eliminatoria cuesta arriba el Linares Deportivo tras su visita a Navalmoral de la Mata, donde el Moralo se impuso por 2-0 con tantos de Valentín en los primeros compases de encuentro y Del Castillo en el tramo final del partido.

Una vez más el Linares regresa de manos vacías a casa en estos playoffs por el ascenso, aunque en esta ocasión con un resultado más abultado que en la primera eliminatoria que no dejar apenas margen de error para el partido de vuelta. Fue excesivo el castigo que recibió el conjunto de Juan Arsenal que contó con más ocasiones de gol pero no terminó de definirlas, como sí lo hicieron los locales.

El partido apenas había comenzado en Navalmoral de la Mata, los aficionados todavía buscaban sus asientos en la grada con los refrescos recién comprados en el bar, cuando un córner pilló por sorpresa al conjunto visitante. Valentín colgó el balón desde la esquina del campo buscando la testa de alguno de sus compañeros, el esférico, conforme se acercaba a la portería de Lopito se cerraba cada vez más hasta el punto que sorprendió al guardameta y a la defensa, alojándose directamente en las mallas.

Tocaba levantarse y tratar de marcar un gol que dejara la eliminatoria favorable a los azulillos. El dominio era de los visitantes, pero las ocasiones no terminaban de ser claras. Pudo empatar el Linares de falta directa, pero García paró el balón para suspiro de la grada.

Las ocasiones se sucedían en uno y otro lado del campo, pero o bien no terminaban de buscar portería o los arqueros se imponían. No renunciaban los locales a buscar un nuevo tanto a pesar de ser un equipo que acostumbra a marcadores bajos, pero viendo que las oportunidades se sucedían en ambas áreas y el Linares parecía mostrarse superior, no podía renunciar a la ofensiva y encerrarse en su campo, pues sería cavar su propia tumba. Así se llegaba al entretiempo, con 1-0 en el marcador y sensaciones de que cualquiera de los dos equipos podría ir por delante en el luminoso.

Las ocasiones visitantes se repetían, de manera infructuosa, a la vuelta de vestuarios, donde no hubo variaciones en las alineaciones, aunque Juan Arsenal comenzó a mover el banquillo tras los diez primeros minutos de la segunda parte, dando entrada a Fran Lara y Álex Rubio dando frescura al ataque.

De nuevo desde un saque de esquina pudo llegar el segundo tanto del encuentro, de nuevo a favor del Moralo, pero Lopito sacó una mano providencial que dejó inamovible el marcador.

La entrada de Álex Rubio, quien diera el pase al Linares en la anterior eliminatoria, supuso un peligro constante para la portería de Diego García, que veía como los balones buscaban una y otra vez llegar al fondo de la red. Fue primero el propio Rubio quien, con un disparo lejano, buscó con mucha intención la cepa del palo izquierdo de la meta, pero el esférico se marchó desviado por apenas unos centímetros a pesar de la estirada del guardameta. Apenas unos compases después fue de nuevo el jugador de San Fernando quien, de falta directa desde la frontal del área, sacó el “uy” de la grada.

Avanzaban los minutos y los jugadores del Linares parecían no creer que tuvieran un cero en el marcador; en ese momento, de nuevo en un córner, llegó el tanto local. En esta ocasión fue Del Castillo que, tras hacerse con el balón en un rechace, realizó un doble recorte en el área pequeña para superar a Lopito y arrancar el rugido de la grada. Pudo volverse con un gol en el zurrón el Linares, pero primero el larguero, a tiro de Jorge Barba, luego Diego García a tiro de Álex Rubio y por último la falta de puntería de Pablo Beda a la media vuelta lo impidieron.

La afición, un apoyo incansable
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Si el Linares necesita un apoyo, ahí esta su afición. Unos 250 seguidores azulillos se desplazaron en autobús hasta el municipio extremeño de Navalmoral de la Mata para estar con los suyos. No importaron las más de cuatro horas de carretera. A la llegada de los jugadores a las inmediaciones del estadio, ahí estaban animando y tiñendo de azul el pueblo cacereño. Antes de empezar el encuentro, ahí estaban animando y tiñendo de azul la grada. Al acabar el partido, ahí estaban animando, porque son conscientes de que este partido dura 180 minutos, y si en la primera eliminatoria fueron capaces de remontar, si creen y apoyan a los suyos, en Linarejos será posible dar la vuelta a ese 2-0 adverso.