Álvaro Salazar aporta a la cocina jiennense una Estrella Michelin

El chef linarense trabaja desde hace dos años como jefe de cocina en el restaurante Argos de Palma de Mallorca

25 nov 2016 / 17:44 H.

Rebosante de ilusión y aún asumiendo el importante logro alcanzado gracias a su buen hacer entre los fogones. Así es como se mostraba el joven cocinero linarense Álvaro Salazar Almansa horas después de recibir su primera Estrella Michelin. Un galardón que no solo supone un merecido reconocimiento profesional a su trayectoria culinaria, sino que también se traduce en la meta más alta alcanzada, hasta la fecha, por un profesional de la cocina de Jaén.

“Estoy muy contento, llevo varias horas sin dormir y realmente es un lujazo ser el primer linarense y jiennense en conseguir una Estrella Michelin. Sinceramente, es algo que no me esperaba y creo que supondrá, en un futuro cercano, bastante visibilidad, publicidad y, sobre todo, motivación para seguir trabajando de la manera que lo venimos haciendo”, indicó.

Linarense afincado en Mallorca desde hace cinco años, cuenta con más de dieciséis de experiencia en alta cocina. Ejerce como jefe de cocina en el restaurante Argos, ubicado en el Port de Pollensa, donde su principal apuesta gastronómica es el menú Gran Viaje. Su cocina se caracteriza por ser personal, divertida y llena de sensibilidad, y la base inicial de sus platos toma como referencia el entorno y el patrimonio gastronómico balear y, por supuesto, el andaluz, dados sus orígenes jiennenses. “Mi cocina se alimenta de productos de las Islas Baleares, pero, en cada plato, reflejo mis raíces andaluzas en todos los aspectos, con gestos y guiños jiennenses. En definitiva, una cocina mediterránea y andaluza donde también hay técnicas avanzadas para que la estética final sea sorprendente. Además, soy partidario de elaborar platos con productos sencillos, honestos y al alcance de todos”, detalló el joven cocinero.

Álvaro Salazar considera que, hoy en día, los críticos gastronómicos valoran más la esencia del plato y la cocina que el “envoltorio” del restaurante y los aspectos más clásicos. Algo que, a buen seguro, tuvo mucho que ver en la decisión adoptada por los jueces de la Guía Michelin cuando visitaron su local y degustaron sus platos.

Su tía Luisa, confiesa el chef, fue su gran referente en el ámbito culinario, pues se quedaba “embobado” mirándola mientras cocinaba, siendo él un niño. Su vocación le llevó a comenzar sus estudios, a los dieciséis años, en la Escuela de Hostelería de Córdoba. Después de este periodo, inició su carrera profesional en la cocina del hotel Palacio del Bailio. Posteriormente, Salazar viajó al extranjero para trabajar y formarse en lugares como París, Kuwait y Estocolmo.