Una leyenda con fundamento
Tanto fue el empeño que el saldo de la contienda solapó la historia, la razón, la lógica, la mismísima ciencia militar y hasta la aritmética. España era entonces una unidad de destino en lo universal que llevaba también bajo palio, en aquellos años de la segunda gran guerra, a un hombrecillo vociferante y terrible tras un ridículo bigote: germano por más señas y autor del best seller Mein kampf, el testamento del genocida.
Buques de guerra aliados.
Desde el puesto de mando coronado por el mascarón de proa del periódico, aquel Diario Jaén que lucía junto a su cabecera el anagrama de dominio, yugo y flechas, de Falange Tradicionalista y de las Jons, hacía trizas un día sí y el otro también navíos de guerra y cargueros de la flota aliada. Nada como la artillería forjada en las acerías de la cuenca del Ruhr; así que todos al fondo del mar con Neptuno estupefacto e incapaz de comprender qué sucedía.
Un botón de muestra:
Barcos hundidos a los aliados
Berlín, 17.-Han sido hundidos por las fuerzas navales, desde el 1 de junio en el Atlántico, los siguientes buques aliados: Ladh Drakeng, 7.985 toneladas; Karankon, 6.093; Tung, 1.061; Yat Shing, 2.284; Silver Belles, 5.302; Tres Garthen, 5.201, y otros tres más de diferente tonelaje.-Efe (Archivo histórico de Diario JAÉN, portada de agosto de 1942). Repare el lector en esos tres más. Por falta de espacio no sería.
Página del 22 de agosto de 1942 con noticias de hundimientos de buques aliados.
-Líbranos, Adolfo, de la pérfida Albión, de los yanquis arrogantes y de los comunistas. Excuse vuestra merced que no pueda unirme a la cruzada, pero ya sabe que tengo pantanos por hacer y limpiar el solar patrio de rojos y masones...
-Pierda cuidado Paco...
-No obstante, algo podré enviarle...
-¡Jawohl! Salude a Ramón de mi parte. Dígale que me debe una División...
Franco y Hitler en Hendaya, el 23 de octubre de 1940.
Sonó el trac del teléfono negro al colgar y Paco trasladó el saludo a Ramón, Serrano Suñer, de azul oscuro inmaculado. El cuñadísimo de Carmen, Polo, y por ende del régimen, se había entrevistado en Berlín con Adolfo en octubre de 1940, en vísperas del renombrado encuentro de Hendaya, ese mismo mes.
España ya era un yermo desolado y hambriento bajo el puño de Paco, Franco Bahamonde, caudillo natural de Ferrol. Adolfo, Hitler, había invadido Polonia el 1 de septiembre de 1939. Inglaterra y Francia declararían la guerra a la Alemania nazi. Se le unirían después, decisivamente, Estados Unidos y Rusia. La Italia del capocannonieri Mussolini, brazo en alto, y el Japón de Hiroito, su última divinidad encarnada, hicieron causa con Hitler.
Pearl Harbor, El Alamein, Midway, Guadalcanal, Stalingrado, Normandía, Berlín, Hiroshima y Nagasaki... La gran guerra finalizaría el 2 de septiembre de 1945 tras la capitulación de Japón. Y en la más pequeña de las historias que pudieran contarse ya se había gestado el apelativo, un mote grotesco: Trepabuques. Con sorna, quien lo alumbrara, lanzaba un torpedo a la línea de flotación de aquel Diario Jaén que, por unidades o toneladas, cierto o falso, mandaba al infierno de los mares, edición tras edición, buena parte de la flota y los abastecimientos aliados. Hay quien dijo, terminada la contienda y hecho el recuento, que treparon más barcos de los que fue capaz de reunir la flota aliada. Quizá leyenda urbana, aunque no desmerece el epíteto ganado a pulso.
Bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Las cosas del verbo trepar
Desde que Ferdinand de Saussure, padre de la lingüística estructural, abriera nuevos horizontes para la comprensión de la herramienta, algunos bachilleres de mi quinta comenzamos a comprender lo básico de este triunvirato: lengua, norma y habla.
La primera tiene el gen de los verbos para expresar ideas. La segunda define trepar como subir a un lugar alto ayudado de manos y pies. La tercera nos adentra en un territorio fascinante en el que la gente se siente dueña de su lengua, tuerce con maña la norma y alumbra el habla, porque en Jaén trepar es también tirar, otro verbo con el que expresamos la acción de dejar caer algo intencionadamente o lanzarlo en una dirección determinada.
Eso explica que los alemanes dejaran caer bombas o torpedearan desde sus submarinos para trepar buques y mercantes como moscas, a juzgar por lo publicado en aquellas portadas y crónicas de páginas interiores. El autor del mote lo clavó, sin duda. Terminó la guerra con victoria de la coalición aliada pese a que el Trepabuques le había hundido toda la flota. Hitler y Mussolini acabaron muy mal, pero Paco siguió en primera plana, como sus periódicos. España seguía siendo un yermo aislado, sojuzgado. Diario Jaén, como su mando, fue escorándose hacia las nuevas coyunturas para que no le sacaran más los colores.
Adolfo Suárez jura ante Juan Carlos I su cargo como presidente del Gobierno.
Cuando se produce un giro dramático en los acontecimientos [sic, Fermín Trujillo, espetero y pícaro de playa en La que se avecina] induce un cambio radical en la trama de una obra. El 20 de noviembre de 1975 muere Paco, Franco Bahamonde, y el hoy emérito Juan Carlos I, de Borbón y Borbón, designaba presidente del Gobierno a Adolfo, Suárez, el 3 de julio de 1976. Después, en 1977, lo refrendarían las urnas. ¡Qué subidón!
Puedo prometer y prometo que el de Cebreros (Ávila) fue gobernador civil de Segovia, director general de Radiodifusión y Televisión, vicesecretario general del Movimiento, ministro-secretario general del Movimiento y presidente de la UCD. Con él ya estábamos en Transición y Diario Jaén, en esta diminuta historia que contamos, comenzaba a mudar en Diario JAÉN. Menudo camino.
Felipe González; a la derecha, Alfonso Guerra.
La estrella política de Suárez declinó, pero antes, el 16 de diciembre de 1981, el Congreso de los Diputados, al completo con sus 24 diputadas, le aprobaba la ley que permitía privatizar la prensa de los Medios de Comunicación Social del Estado. Ahí estaba nuestro periódico. Pasó a manos privadas en 1984, segundo año del estrellato de Felipe, González, paterfamilias del socialismo que inició el cambio quitando caspa con una reivindicativa chaqueta de pana y comenzó a modernizar España, traje fino y corbata, para presentarla en sociedad a la Comunidad Económica Europea. A España no la iba a reconocer ni la madre que la parió. [sic, frase de Alfonso, Guerra, alter ego del paterfamilias del PSOE, en un mitin de campaña electoral].
Volvamos al patio de casa. Aquellas manos privadas no eran de Jaén precisamente: hubo absentismo empresarial en el Santo Reino y Raymex, la editora, emprendió la singladura con una Redacción prácticamente foránea. Quizá por perspectiva: ojos nuevos para una nueva mirada.
El hecho es que los más se fueron tras dejarse el alma en el trabajo mientras otros echaban raíces entre el Polígono Los Olivares y el Cerro de Santa Catalina. Uno de ellos es quien dirige desde hace tres décadas el JAÉN: Juan, Espejo González. Otro, el recordado José Luis, Moreno Codina, antecesor del primero en la Dirección, definía aquella coyuntura con mucho tino: “Mi hijo pequeño hizo la comunión en el Hotel Rey Fernando y aquí están mis nietos”. Los de Espejo vieron la luz y se criaron en la capital, como los nietos de ambos. Es fake eso de que en Jaén no hay condiciones para el arraigo.
Encuentro, en 2019, con periodistas fundadores del nuevo Diario JAÉN en la sede corporativa del periódico.
A aquellos periodistas fundadores del nuevo Diario JAÉN les llamó paracaidistas la nomenclatura política y social jiennense, pero ¿quién gana una guerra si no lanza tropas desde el cielo tras las líneas enemigas? El cronista les recuerda que aquellos y estos, los que se fueron a otras trincheras del periodismo, los que se quedaron y los nuevos en nómina, se encontraron en la sede corporativa del polígono un 26 de enero de 2019. Da fe la fotografía. Fue para comer, beber y contar batallas un día de tregua en el que no silbaron balas sobre las trincheras.
Antes que después llegaría a la compañía un hombre clave: Esteban, Ramírez Martínez, de Torredonjimeno, pero criado en Siles. Humanista, intelectual y, debéis creerlo jovenzuelos, empresario. Codina se jubiló con él y Espejo ocupó esa silla que siempre quema, la del director. Ramírez Martínez, el armador, dotó al navío y su tripulación, entre otras disposiciones, de la ordenanza del cambio y la transformación: reconozcamos los viejos legados, pero no necesariamente debemos compartirlos. Tomó nota desde el puesto de mando el joven capitán.
El primer Con doble filo en la página de Opinión del 6 de octubre de 2003.
Una tronera al costado del buque
En 2003, al quinto año de su gobernanza, Espejo caló una tronera con seis pildorazos en la segunda página de opinión, bajo el editorial: Con doble filo, la bautizó, y sin firma. Nos ilustra la RAE: tronera es una abertura al costado de un buque para disparar con seguridad y acierto los cañones. Va una muestra de lo que leyeron los jiennenses aquel 6 de octubre:
-¿A qué lumbrera se le ocurrió grabar un anuncio para radio del Instituto de la Mujer con una voz absolutamente inapropiada, en una decisión que demuestra estar fuera de onda?
-Al alcalde de Jaén se la cuelan en la antesala. Basta mirar la hemeroteca con la filtración del nuevo cargo para Peragón.
En realidad, Con doble filo es, ni más ni menos, la variante periodística de la greguería (Ramón, Gómez de la Serna, in memorian). Enunciados breves con humor y metáforas, agudos y originales, para contar desde una vertiente que sorprende hechos cotidianos de cualquier índole. Algo fresco, dulce o picante, con crítica o loa, que deja manos libres a quien lo escribe y a quien lo lee. Un suelto en honor a esa locución sustantiva tan usada: esto es un arma de doble filo. Cierta ambigüedad sobre su intencionalidad, pero con hechos contrastados.
Y fue tomando vuelo. Fuentes propias y ajenas. Un soplo por aquí o una confidencia por allá y siempre pateo, mucho pateo por la calle dispuestos con quien esté a tiro para darle a la tarabita, esa que escondemos tras la caja de dientes.
Primer Con doble filo del Colectivo Trepabuques, en la contraportada del 4 de octubre de 2004.
A la contra, en su trono
La bola de nieve engordó y un año después tuvo trono en contraportada. Con doble filo se estrenó en la trasera del periódico con una firma que denotaba su condición coral. Debutó en ella el Colectivo Trepabuques. ¿Quiénes son? Queremos creer que un escuadrón, diverso, de inflitrados por todas y de todas partes. Dicen lo que saben y saben lo que dicen. Fue un lunes, 4 de octubre de 2004. Pero, ¡ay!, metimos la gamba. Iba sin nombre y sin firma. Ya saben, otro Caballo de Troya, el de gazapos y erratas, por el que quizá algún día nos pongan mote. Esa será otra historia. Digamos que el asunto se corrigió en la edición del martes.
Media docena bien despachada de pildorazos y una fotito para ilustrar. La del debut, de la que fuera diputada y delegada de Educación, Angustias María, Rodríguez Ortega, tosiriana:
-A la delegada de Educación, Angustias Rodríguez, le sonó el móvil (con música discotequera) en plena mesa presidencial durante la presentación de un curso. Lo cogió y respondió. Mientras, el que intervenía a su lado seguía con su discurso.
Un poquito de por favor para Angustias y un ¡ya está bien! Para el PSOE y el PP en este otro puntazo:
-En un acto público en el que participaban políticos del PSOE y algunos concejales del PP del Ayuntamiento, estos últimos se negaron a que se celebrase en el expositor de la Junta en Tierra Adentro. Pidieron “territorio neutral” y hubo que buscar otro espacio en el recinto.
Y así la gente de la política, pero también del empresariado y los sindicatos; de colectivos; famosetes y famosillas; deportistas, jiennenses por el mundo haciendo patria, algunos con el JAÉN bajo el brazo; fiestas ponderadas y ensalzadas; saludos y abrazos a los sufren una mala racha por avatares de la vida; sonoras felicitaciones para los casi olvidados, bien por onomástica o cumpleaños; escarnio por las carreteras bacheadas y peligrosas o zascas a los que prometieron y no cumplieron... La lista del recetario es larga.
Mejor recurrimos en este punto a voz ajena que a la propia para intentar acotar la dimensión de los Trepabuques. Manuel Urbano, Pérez Ortega, (1940-2013) natural de la aldea de Charilla (Sierra Sur jiennense), fue un polígrafo, y prolífico autor, que buceó como pocos en las entretelas de Jaén. No es literal, pero vino a decir esto: “Juan Espejo representa al nuevo periodismo del viejo Diario JAÉN, una forma de entender nuestra tierra con otros ojos y otras formas de lenguaje”. Y ponderaba: “Que la reminiscencia del Trepabuques de otros tiempos sea ahora una sección con chispa literaria, ironía y sarcasmo y ganas de marcha, demuestra ese nuevo periodismo en Jaén y para Jaén que él encarna”. Lo dijo Urbano durante el acto de nombramientos de Pinches de Honor de la Cofradía Gastronómica El Dornillo (Valdepeñas de Jaén) en 2007, en las bodegas sureñas de Campoameno. Espejo era uno de los pinches. Pérez Ortega había sido columnista del periódico, precisamente en contraportada, entre la última etapa del diario como Medio de Comunicación Social del Estado y los primeros años tras su privatización.
Ambiente en el Puesto de Mando del Trepabuques tras una entrega de premios, en San Lucas.
Vuelta de tuerca con un premio
Cuando El Dornillo investía pinches aquel 2007, los Trepabuques estaban en todo su apogeo. A ello contribuyó otra vuelta de tuerca en el empeño de revertir el mote en algo más que una lacra. ¿Por qué no reconocer de alguna manera a los Trepas por su permanente exposición pública? Los más aceptaban con agrado y buena cintura; los menos, haciendo mutis por el foro, juramentándose contra la caterva que les señalaba y cerrando el pico por respuesta o algo parecido.
Así nacieron los premios Trepabuques del Año, en el escenario de la Feria de San Lucas, la muy castiza que cierra España. Fue en 2005 y tuvo de todo, hasta una caseta, la 89 del ferial, y un puesto de mando. Hasta 2009 fueron premios bianuales, pero tantas eran las ganas, y la demanda, que pasaron a ser anuales hasta este 2024, sin exceptuar el año duro de la pandemia del coronavirus. Se desinfectó hasta el último rincón del patio de la sede corporativa del periódico, a conciencia, y hubo premios y verbena, dejando correr el aire.
La abigarrada galería de Trepas
No se confundan cuando leen Trepas. De arribismo ni una pizca. El apócope, más que nada, es por darle familiaridad al asunto y una mano de barniz tierno. Son todos los que están, pero no todos los que son. Una mayoría acude a recogerlos con ánimo y buen talante en un acto informal y desenfadado, en plena feria, para darse después a las cervezas, tapas y copas. Una minoría abomina y se abstiene. El lector encontrará de todo en esta botica. No hay ámbito de la vida pública, corporativa y social que no esté representado. En esta última categoría, gente valiosa, con enjundia, que nunca antes había sido reconocida por nadie y por nada. Ante galería con tanto empaque, puede aplicarse lo que solía decirse en mi pueblo, el de don Ximeno, de Rada: ... Como en la boda de Robles, ni faltó ni sobró ni hubo bastante.
Primeros premiados con los Trepabuques del Año, en San Lucas 2005.
Los primeros Trepas. Año 2005.- Topo del Año: Miguel Ángel García Anguita. Míster pollo, dígame: Javier García Gómez. Estoy enfadado con el mundo: Justo Aguilera. Esta ronda la pago yo: Juan Miguel Hitos. A dos Velas: Teresa Carmona. Antes Muertos que Sencillos: Mario Azañón y Lola Aguilar. La Vida Sigue Igual: Fernando Calahorro. Corbatero Mayor del Reino: Joaquín Córdoba. Desaparecido en Combate: Marcos Gutiérrez Melgarejo. Trepabuques Colgante: al obispo monseñor Del Hoyo. No Sin mi Barrio: Matilde Cruz. Verde Que te Quiero Verde: José Ortega. Por los Aires: Juan Balbín. Sin Faldas y a Lo Loco: María Jesús Ruiz. Con Faldas y Sin Locura: Cristina Nestares. Los Otros, de Alejandro Amenábar: Rafael Olmo y Antonio de la Torre. El Señor de los Anillos: Gaspar Zarrías. Trepabuques Ana Rosa Quintana: Ángeles Férriz. El Seductor: Felipe López. Trepabuques Harry Potter: Francisco Reyes. La Casa de los Espíritus: María Rodríguez. La Sonrisa de Mona Lisa: Aurelia Calzada. Trepabuques Clint Eastwodd: Manuel López. Ponga un Autobús en su Vida: Juan Espejo. Trepabuques Manguera: Juan Fernández. Autopista Hacia el Cielo: Manuel Peragón. Entre Pucheros: Ramón Guixá. Aquí Mando Yo: Luis Parras Guijosa. El Sustituto: Rafael Higueras. El Gran Banquete: Manuel García Lázaro. Vecino del Año: Francisco Camacho. A la Concordia: Ángeles Estepa. Hasta en la Sopa: Carmen Peñalver. El Trotamundos: Raúl Calderón. Amores Imposibles: Ramón Calatayud. Qué pasa Neeeng: Fernando Zaldúa. La Historia Interminable: José Enrique Fernández de Moya. Por los Cerros de Úbeda: Miguel Sánchez Alcázar. Trepabuques Agatha Ruiz de la Prada: María Dolores Nieto. Quién Me Quitó La Escalera: Rosario Morales de Coca. Periodista Adosado: José Cabrero. La Mano Que Mece la Cámara: Bruno García. El Padrino: José Manuel Ledesma. Trepabuques Carpanta: Carlos Sánchez. El Niño los Cables: Jesús de la Torre. Aceituna De Oro: Matías López. Trebabuques Porque Sí: Mar y sus correos. Embajador: Santi Rodríguez. Trepabuques De Oro: Retenes del incendio de este verano en el Parque Natural. Trepabuques De Honor: Diego Torres, in memorian.
Nueva singladura
En 2013, la editora del periódico es, por primera vez en su historia, netamente de Jaén. Eleuterio, Muñoz González, empresario de Torrequebradilla, aglutina a otros de confianza y se hace con el control de DIARIO JAÉN, S. A. Inicia nueva singladura y reestructura las ordenanzas: de lo local a lo global. El periódico se digitaliza; impulsa y culmina una primera trasformación tecnológica; incorpora nuevas plataformas y soportes de información y comunicación; abre nuevas vías de negocio, establece alianzas (léase la de Google para colocar al diario de Jaén en una plataforma global de noticias) y reforma las instalaciones de la sede corporativa, más visitada que nunca y más abierta a los jiennenses.
No eran, no son, buenos tiempos para la navegación, pero a falta de vientos favorables abre velas para abrazar los soplos de Jaén, el que exhalan los 97 pueblos y sus centenares de aldeas. Sin duda, como en toda la prensa, se ha soltado lastre para no encallar en los cayos rocosos de las crisis, pero también se ha rediseñado la estructura de un barco que mantiene rumbo y despliega en sus mástiles todo el trapo disponible. Hablamos de narrativa, emociones, talento y proyectos; de la apuesta sostenida por el papel cohabitando con la web, seguida en todos los continentes a través de su canal de reportajes y retransmisiones en directo, medidas con la analítica al uso, no a ojo de buen cubero en la cocina de los números.
Eleuterio Muñoz González, en la gala de los Jiennenses del Año 2023.
“Diario JAÉN es más de lo que lees: es una web, una edición digital, un canal de reportajes y otro de directos, una empresa de eventos y otra que asesora y comunica. Jaén es inspiración diaria ineludible, desafío total permanente, fe de vida de nuestro presente y pasaporte hacia el futuro”. Fue en la noche del pasado 31 de mayo, en la sede corporativa, cuando Muñoz González pronunció esta frase en su discurso de la gala de los Jiennenses del Año 2023. Ahí está la hoja de ruta dibujada con la médula de los huesos del periódico. Su sustancia. Y ahí sigue la pequeña historia del Trepabuques, de los Trepabuques y su doble filo, entreverado en un cabotaje que dura ya 83 años. Digamos en su favor que se mantienen pujantes, y van ya veinte años, sin pisar internet y sus redes sociales. Iguálamelo, no te pido que me lo mejores, sólamente iguálamelo... [sic, José, Sánchez Mota, cómico de Montiel, Ciudad Real, en una de sus parodias].
Una posdata
A Flipao, El Lagarti-Yo, El Hortelano, Rojillo, Cortijo Blanco y otros tantos consagrados en el sano ejercicio de pildorear en el Trapabuques de los Lectores, otra vuelta de tuerca puesta de largo en 2017, en La Semana, dominical de Diario JAÉN, para que el arte de la puya y la denuncia no fueran, o fuesen, exclusivos del Colectivo fundador. Por su perseverancia. Todos merecen, sin duda, el leoncillo de peluche, simpático y picaruelo, que se entrega como prenda del premio a los Trepabuques del Año.
7 frases para 7 trepas
1.) Marisa Hernanz, abogada:
“Llevo 40 años en Jaén y es el primer premio que recibo en todo este tiempo; nunca lo voy a olvidar ni tampoco a quien me lo da”.
2.) Miguel Contreras, delegado de Fomento de la Junta de Andalucía en Jaén:
“Las chilindrinas eran hasta 2005 la expresión por excelencia del humor en San Lucas, a partir de ese año los premios Trepabuques comenzaron a abrirse hueco en nuestra feria y hoy son ya otro referente del desenfado con el que Jaén y los jiennenses vivimos nuestra feria. No hay nada mejor que dar un toque de humor a nuestro quehacer diario. Quienes en algún momento hemos tenido la suerte de ser premiados, lejos de el motivo por el que lo merecimos, nos quedamos con el cariño de quienes a diario hacen periodismo serio y comprometido, pero a la vez buscan un rincón para plasmar el doble filo de la noticia”.
3.) Ángeles Férriz, portavoz del PSOE en el Parlamento de Andalucía:
“¡Ayyyy, los Trepabuques...!, esos premios cien por cien jaeneros, tan temidos como queridos; ese soplo de aire fresquito, ese reírse de uno mismo tan necesario siempre... Quien, a estas alturas, no tenga un Trepabuques debe empezar a preocuparse”.
4.) Susana Rodríguez, jaenera por los cuatro costados:
“Es un orgullo y una gran satisfacción que Diario JAÉN se acuerde mí. Siempre a mi lado.”
5.) Bartolomé González presidente de la Confederación Empresarial Jiennense:
“La audacia, chispa y picaresca ponen en valor estos premios Trepabuques del Año de Diario JAÉN. Por eso mismo se convierte en profesión de riesgo estar en la lupa de los Trepabuques”.
6.) Javier Márquez, senador del PP por Jaén:
"Recibir el premio Trepabuques 'Cien Metros Lisos' confirma lo que sospechaba: tanto correr de un lado para otro por Jaén al final iba a dar para algo más que agujetas. Estos premios son la excusa perfecta para reírnos juntos, disfrutar y recordar que, en nuestro Jaén, hasta trabajando sabemos pasarlo bien. Gracias a Diario JAÉN, por la amistad. No cambiéis nunca”.
7.) Encarnación Arias, cocinera jubilada del bar El Rubio:
“Llevo 40 años viendo la Feria por el periódico JAÉN y este año que la estoy viviendo me dan un premio. ¡Gracias, qué bonito!”.