Alcanza a todos. Sin excepción alguna. Su carácter, como su nombre, es universal desde que en las antiguas escuelas monásticas el conocimiento se convirtiera en origen de una epidemia que acabó por convertirlas en las universidades que hoy se conocen. Hay en los cinco continentes. Nació en Europa, concretamente en Italia, en el año 1088, cuando se fundó la Universidad de Bolonia, que no obtendría tal consideración hasta 1317. Hay otros ejemplos: la Universidad de Oxford, en Inglaterra, de 1096, es la segunda más antigua del Viejo Continente; la de París, creada en 1150, recibió el título de Universidad en 1256, y en España, la pionera fue la de Palencia, que nació en 1212 al amparo del reinado de Alfonso VIII de Castilla y bajo la denominación de Studium Generale. Pese a la variedad de nombres con los que se las conoce, escuelas, academias, institutos, facultades..., la unidad impera cuando se las reconoce como agentes plenamente integrados en la sociedad que transforman.
La expansión del conocimiento
Multitud de cosas diferentes en sentido de unidad. La palabra “universidad” proviene del latín. Está formada por “unus”, como en uno y uniforme, expresa un integral que no admite división; el verbo “vertere”, doblar, desviar y hacer girar, y el sufijo “tat”, cualidad. Etimológicamente, comparte rasgos con universo y universal. Las primeras surgieron en Europa (Bolonia, Oxford, Cambridge, Padua, París, Salamanca...), pero el resto del mundo no tardó en darse cuenta de la genialidad de un conocimiento compartido que empezó a articularse en las primitivas “Universitas Magistrorum et Scholarium”, o sea Asociación de Maestros y Alumnos. En el continente americano, la primera universidad fundada, de acuerdo a la normativa de la monarquía española, fue la Universidad de Santo Tomás de Aquino, el 28 de octubre de 1538, en Santo Domingo, República Dominicana. La primera de Estados Unidos fue la de Harvard, casi un siglo después, en 1636. Durante el XIX y la primera década del XX, ninguna universidad estadounidense destacaba en ciertas disciplinas científicas, algo que comenzó a cambiar con los nuevos vientos de desarrollo económico que empezaron a soplar en 1920, gran depresión del 29 incluida.
El saber vale dinero
La universidad debe mirar hacia sí para encontrar su alma mater. Profesores, estudiantes y el resto de la comunidad universitaria ejercen de gasolina que sustenta el motor transformador de cualquier institución académica. Para sostener el entramado, hace falta otro ingrediente muy importante. Al menos, la Universidad de Jaén dispondrá este 2024 de 112,31 millones de euros para financiar su funcionamiento, así como su actividad académica, investigadora y de innovación. Del cómputo global, 104,51 millones se corresponden con el nuevo modelo de financiación, los 3,27 restantes pertenecen a cuantías complementarias. A esto, se suma otro pellizco correspondiente a financiación no ejecutada en años anteriores, cantidad provisional pendiente de que la Junta de Andalucía y los rectores ultimen el reparto. Queda en un mal recuerdo el modelo “Velasco” de financiación, criticado unánimemente por los rectores de las universidades públicas andaluzas por agravio comparativo y por ahondar en la desigualdad. Reformulado, el nuevo planteamiento de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación ha alcanzado el consenso entre los máximos responsables de las diez instituciones académicas públicas.
La mejor entre las más jóvenes
Han pasado treinta y un años de la mejor noticia que Diario JAÉN ha dado en su historia: la creación de la Universidad de Jaén, materializada el 1 de julio mediante la Ley 5/1993 del Parlamento de Andalucía. En poco tiempo, su ingente actividad le ha servido para ser una de las más prestigiosas de Europa. Presente en innumerables clasificaciones, la última, llamada Young University Ranking 2024 y publicada por Times Higher Education (THE), la sitúa entre las 250 mejores universidades del mundo con menos de 50 años, la primera si solo se tienen en cuenta las andaluzas. Ahí es nada. La Universidad de Jaén mejora su reputación internacional al avanzar hasta una horquilla que la sitúa entre los puestos 201 y 250. El número de instituciones académicas participantes en este ranquin también se incrementa, prueba de su consolidación como baremo de referencia. Para muestra un botón. En la clasificación de 2021, Times Higher Education consideró la actividad de 475 universidades, que pasan a ser 1.171 este año. En el ranquin nacional, la Universidad de Jaén también mejora su resultado: del undécimo puesto en 2021 al octavo en 2024 entre 34 universidades españolas. El dato refrenda su evolución imparable.
La estupidez del vencedor y el rencor del vencido
La guerra es destrucción, pero, ¿puede acabar con el conocimiento? Entre el optimismo del médico griego Hipócrates, que la consideraba “la mejor escuela del cirujano” y el pensamiento de Nietzsche, que decía que “vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido”, está la respuesta. La actualidad obliga a hablar del conflicto israelí-palestino y de cómo cercena la libertad del conocimiento a la que se refería Marie Curie. Profesores de la Universidad de Jaén impartían un curso de formación dirigido a profesionales sanitarios en Palestina. El objetivo principal era mejorar la asistencia en enfermedades crónicas no transmisibles tales como la diabetes o la hipertensión. Llámese azar, casualidad o chiripa, cuando Israel desplegó su armamento sobre Gaza, ellos ya no estaban allí. La guerra acaba con todo. En España, ya son cuatro las universidades que han roto lazos con Israel: Granada, Jaén, Pablo Olavide de Sevilla y, la última, Barcelona. Aprobó con veintiocho votos a favor, cinco en contra y tres abstenciones, el fin de nuevos convenios con instituciones israelíes “hasta que las condiciones en la zona de Gaza garanticen una situación de paz absoluta y respeto a los derechos humanos”.
“Solos podemos hacer poco, juntos podemos hacer mucho”
Lo dijo la escritora estadounidense Hellen Keller. Emula eso de que “en la unión está la fuerza” que pronunció Simón Bolívar un siglo antes, un mensaje que el paso del tiempo ha solidificado como norma imperativa para obtener éxitos mayores que los que resultan de trabajar en solitario. El valor de la capitanía es algo que la Universidad de Jaén ha tenido en cuenta a la hora de tirar del carro de Nelaia (en griego, juventud), una propuesta de alianza entre nueve universidades europeas, por el momento. Son la Universidad de Ostrava (República Checa), la Universidad de Suceava Stefan cel Mare (Rumanía), la Universidad de Bielefeld (Alemania), la Universidad de Ciencias Aplicadas Siauliai State (Lituania), la Universidad de Örebro (Suecia), la Universidad de Salerno (Italia), la Universidad de Tours (Francia), la Universidad de Nicosia (Chipre) y, por último, la Universidad de Jaén, que coordina el proyecto. Tienen similitudes que sumarán para lograr el objetivo común: una Europa más inclusiva. Son centros de educación superior de tamaño pequeño o medio, muestran un fuerte compromiso con el desarrollo social y económico de su entorno y están bien situadas en los ránquines internacionales.
Educar en valores compartidos
Los valores diferencian y singularizan. A pesar de que la educación en valores no es misión de una institución universitaria. Al menos, no la principal, compartirlos es un plus para la consecución de objetivos. Entre los que puede presumir la Universidad de Jaén, destacan su orientación al desarrollo socioeconómico y cultural de la provincia, con un alto componente en relación a su visión institucional, y es que no son pocos los esfuerzos que se emplean en reforzar la imagen de la universidad en el exterior. Con los pies anclados en sus raíces, también cabe resaltar la búsqueda constante de nuevos horizontes en todo el mundo, así como una férrea vocación de servicio que mantiene bajo vigilancia todos los que prestan para implementar mejoras. La flexibilidad y la capacidad de adaptación, la planificación y orientación de los resultados y el fomento de la cultura del emprendimiento como forma de abordar la vida y adelantarse a las tendencias definen el carácter de una universidad comprometida con la atención a la diversidad, la proyección social de la igualdad de género y la sostenibilidad. Lo mejor es hacer más con menos recursos y, visto el potencial, la Universidad de Jaén parece dispuesta a hacerlo todo.
7 puestos más altos de la Universidad de Jaén en las clasificaciones nacionales e internacionales
1.) Ranking CYD. Puesto 19-21 (2-3 en Andalucía).
Cumple once ediciones y atiende a más de 80 universidades españolas. CYD sirve como herramienta interactiva que permite a los usuarios hacer comparaciones entre universidades.
2.) UniRank. Puesto 60 (38 en España y 6 en Andalucía).
El “top spanish-speaking universities in the world” mide la actividad en las redes sociales de las universidades del mundo donde el español es el idioma principal.
3.) Impact Rankings. Times Higher Education. Edición 2023.
Puesto 101-200 (1-6 en España y 1 en Andalucía). Es de ámbito internacional y establece un orden para las universidades en función de su impacto en materia académica.
4.) Young University Rankings. Times Higher Education. Edición 2024.
Puesto 201-250 (8 en España y 1 en Andalucía). Sitúa a la Universidad de Jaén entre las mejores universidades de menos de 50 años de todo el mundo.
5.) Ámbitos. Shanghai Ranking. Edición 2023.
Ámbito: Agricultural Science. Puesto 401-500 (26-29 en España y 6 en Andalucía). Es de las clasificaciones de mayor prestigio y evalúa la actividad académica e investigadora por sectores.
6.) World University Rankings. UI Green Metric. Edición 2023.
Puesto 488 (21 en España y 2 en Andalucía). Lo elabora la Universidad de Indonesia desde 2010 y tiene en cuenta los campus verdes y la sostenibilidad ambiental.
7.) Academic Ranking of World Universities. Shanghai Ranking. Edición 2023.
Puesto 801-900 (28 en España y 4 en Andalucía). En el global de Shanghai, la Universidad de Jaén se sitúa entre los primeros 30 puestos nacionales.