Qué vamos a hacer sin termómetros

07 jul 2017 / 11:27 H.

Me imagino las tribulaciones de los periodistas ahora en verano cuando sus jefes les digan que tienen que contar una noticia con la calor y resulta que no hay un solo termómetro en la ciudad, que el Ayuntamiento los ha quitado, ha ordenado eliminarlos de raíz, reponiendo hasta la solería. Ya ni nos merecemos saber cómo las gasta la canícula, que es lo mismo que decir que el Ayuntamiento no tiene ni para mercurio. Es broma, sí que tiene, con pedir un préstamo, raudo y gozoso disfruta de liquidez momentánea, hasta el mes siguiente, que vuelve a pedir otro y así hasta que nuestros tataranietos hipotequen su vida por una acera a la puerta de su bloque... A lo que vamos, que no veremos ni en la tele ni en los periódicos cuánta calor hace porque los 12 relojes-termómetro están en un almacén, a la espera de ser recolocados. ¿No se lo creen? Son las cosas de Jaén, lerele, que como quien los puso y se ganaba sus cuartos con la publicidad no pagaba desde hace años, hay que quitarlos, hacer un concurso nuevo y para San Lucas, ya los tendremos delante de nuestra derretida retina (si vuelve también Furnieles, otro ‘vargas’ doble que me zampo).

Para mis lectoras con canas en tinte de calamar y fresas del bosque y mis lectores ya calvos pero a lo Zidane, rapados de orejas, soy la misma Capy de toda la vida, su vecina y amiga escritora que ha criado hijos y ahora cambia pañales a los nietos; más madurita, sí, pero más gatuna y jacarandosa. He firmado contrato de estancia con ustedes mientras los termómetros estén ausentes de nuestras calles.