Pequeño
balance

Cuando un año se acaba es normal que echemos la vista atrás, hagamos balance de ese año y nos preparemos para sacar consecuencias que prevean lo que nos pueda deparar el nuevo año. Para empezar, desde lo económico, aún queda la resaca de una crisis que se ha llevado por delante demasiadas cosas que nos ha costado mucho conseguir. Entre otras, nuestro Estado de Bienestar. Su desaparición progresiva y, de paso, de la clase media, ha producido una gran brecha entre las clases sociales, alta y baja, simplificando los términos. La pregunta pertinente es ¿a quién beneficia esta demolición controlada? ¿Qué grupos de poder mundial hay detrás de esta crisis tan profunda? Estaremos atentos a las posibles pistas que nos den alguna respuesta, porque haberla, la hay. De eso estamos seguros. Otra de las cuestiones con la que hemos estado muy entretenidos este año pasado es Cataluña y su proceso de independencia. Este proceso es recurrente; vuelve a aparecer en cuanto hay ocasión. Pero, no nos engañemos, está propiciado por unos grupos políticos, que pretenden hacer de Cataluña su cortijo, para mangoneo de unos cuantos. Las revoluciones solo son lícitas si se ganan; de lo contrario, se acaba en la cárcel. ¿Aprenderán?