Viajes de ida y vuelta

Así es el verano, una época propicia para los viajes de ida y vuelta, con fecha de caducidad, premeditación e, incluso, alevosía. Todavía quedan días y noches para dar la bienvenida al otoño, con termómetros que echan chispas en un ambiente caldeado, pero la llegada de septiembre significa siempre un borrón y cuenta nueva para quienes se dedican al arte de hacer posible lo imposible. Es el momento del impulso, del cambio, de limpiar a fondo los cajones, de deshacerse de los trastos olvidados que tanto cuestan tirar a la basura y de coger otro rumbo que, en ocasiones, suele ser el mismo. Los partidos reabren sus sedes con aires de renovación, y sus máximos representantes afrontan los frentes abiertos que tiene una provincia con demasiadas cuestiones históricas sin resolver.

Sirva la imagen de las vías de un ferrocarril para representar las asignaturas pendientes en esos cursos interminables en los que los políticos jiennenses aprueban raspado. Da igual el signo, porque si estamos donde estamos es porque ni unos, ni otros, ni los del medio fueron capaces de barrer para casa en la bendita hora del reparto monetario gastado en otros menesteres. Las comunicaciones por tren son prioritarias y urgentes y, sin embargo, hasta la presente todo son promesas, como las que preparan quienes tienen ahora la sartén por el mango para conectar el corredor Córdoba-Jaén con la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla. Hay más. Nadie puede olvidar la importancia de una financiación justa para una tierra adormecida, lo mismo que el cumplimiento de proyectos anunciados y firmados que llevan décadas de retraso, como esos viajes de ida y vuelta que aburren al respetable en el patio de butacas en el que se convierte Jaén. Ciudad Sanitaria, Ciudad de la Justicia, Tranvía, Autovía del Olivar, Conservatorio... El caso es que empieza el curso político y, como un mantra, se repiten los discursos de compromiso que llevan a la denostación de lo público hasta los límites que luego se demuestran en unas urnas que, por cierto, no suelen acumular polvo entre tanto trajín. La novedad, en esta recta final del verano, la regala el Partido Socialista, con un jefe en España que no puede vivir sin sorpresas, porque cuando no es una es otra y, ahora, Pedro Sánchez opta por abrir el calendario de los espacios congresuales para propiciar cambios.

A falta de pan —elecciones—, buenas son tortas —congresos—. Ayer mismo reunió a su Ejecutiva Federal con la finalidad de adelantar los cónclaves todo lo posible y, a la vuelta de sus viajes de ida y vuelta a Pekín y a Shanghái, hacer lo posible por conseguir esa imagen de unidad en torno al líder. Es importante tener despejada la cuestión interna por si hay que improvisar cualquier otro tipo de movimiento de mayor altura. Después tocarán las comunidades y, entre ellas, Andalucía se alza como una de las más señaladas, con un secretario general del PSOE en el punto de mira un día sí y otro también desde que el Partido Popular logró un histórico vuelco. Ni que decir tiene que el papel de la provincia será, como marcan los cánones de la tradición, clave, porque el peso importa, y mucho, cuando hay que tocar los cimientos de cualquier casa que se precie. Ya pululan nombres y apellidos, en femenino y masculino, como posibles aspirantes a la renovación, aunque ya sabe que, en política, dos días es demasiado pronto para los vaticinios, por lo que anticipar quién será el sustituto de Juan Espadas, si es que lo hay, es como hacer un brindis al sol. Lo que está claro es que esto no ha hecho más que empezar y, una vez emprendido el viaje, empieza la aventura.

El Partido Socialista de Jaén, con su secretario general al mando, puede presumir de haber pergeñado una buena jugada para situar como número dos del Ministerio de Educación a un jiennense. El docente Abelardo de la Rosa se estrena como secretario de Estado, a la altura de lo que, en su día, fue Gaspar Zarrías, aunque en su caso, de Cooperación Territorial. Francisco Reyes, después de reuniones con quienes están al frente del partido en la calle Ferraz, consiguió situar en el Gobierno de Pedro Sánchez a un paisano que, además, dejará el pabellón alto, porque en todos los cargos públicos que ha ocupado Abelardo de la Rosa hasta ahora, ha dejado siempre un reguero de buenas impresiones. No hay que olvidar que fue coordinador provincial de Formación del Profesorado (1997-2004); coordinador regional de las actividades para la conmemoración del Año Europeo de la Ciudadanía a través de la Educación (2005-2006), y director general de Ordenación Educativa (2015-2019). Lo más probable es que acabe su carrera profesional en un puesto de relevancia nacional en el que aportará experiencia, altura de miras y claridad en la exposición de ideas para mejorar el mayor tesoro de un ciudadano: la educación.

Nadie sabe, en este momento, quién será el próximo concejal de Jaén Merece Más en el Ayuntamiento de Jaén y, a la espera de que llegue el momento de hacer oficial la renuncia de Manuel Carlos Vallejo, el partido localista sigue deshojando la margarita. Crecen las voces que claman para que corra la lista y, finalmente, sea el propio presidente, Juan Manuel Camacho, quien entre en el salón de plenos, el número 8 de la candidatura en las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023. También son constantes quienes se acercan a convencer a Manuel Carlos Vallejo para que continúe en la Corporación Municipal, no ya bajo las siglas de Jaén Merece Más, sino como concejal del grupo de los no adscritos. Sin embargo, la decisión está tomada y no hay marcha atrás.