Un nuevo capítulo

La tensión entre la Universidad de Jaén y la Junta de Andalucía se acrecienta a medida que pasan los días y se escucha la voz de unos y de otros. El modelo de financiación que quiere imponer la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades abre una guerra que, aunque viene de lejos, es ahora cuando se escenifica por aquello de que ya sí se le ven las orejas al lobo. El rector, Juan Gómez, destapó la caja de los truenos con una comparecencia pública en la que habló alto y claro, con un estudio pormenorizado de las cuentas, de las consecuencias que tendrá, para la institución académica que dirige, un borrador que aseguran que supone una seria amenaza para el futuro de esta tierra. Se impuso el mutismo en la parte atacada o atacante, según el cristal con el que se mire, hasta que, en respuesta parlamentaria, los máximos responsables del “cotarro” hablaron. Las palabras de Juanma Moreno y de Rogelio Velasco no solo no convencieron, sino que alimentaron el enfado. El Partido Popular y Ciudadanos, gobernantes en coalición en la Administración autonómica, se tendrán que poner de acuerdo para dar solución a un problema que tiene en un sinvivir a representantes en Jaén. Si complicado es el papel de los delegados territoriales, no menos lo es quienes tienen algún tipo de representación orgánica en la provincia.

El coordinador provincial de Ciudadanos, Miguel Moreno, rompe su silencio después de estudiar a fondo tan espinoso asunto. Estuvo extremadamente preocupado al principio, cuando Juan Gómez dio el carpetazo en la mesa e hizo temblar los cimientos de la política. Conocedor del talante serio y dialogante del rector, alejado de signos y siglas, pensó que si dijo lo que dijo en una comparecencia pública de enorme expectación, la “cosa” era propicia para el insomnio. Sin embargo, una vez que se sentó con el consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades para estudiar el fondo de la cuestión, se percató de que la gravedad no está en el modelo del plan de financiación, sino en la interpretación que de él se pueda llegar a hacer. Defiende, para empezar, que se trata de un borrador sujeto a cambios, que existe una cláusula de salvaguarda que garantiza la ausencia de recortes económicos y que, a pesar de la reducción de las matriculaciones, el presupuesto va en aumento, hasta el punto de que cada universitario jiennense recibe una media de 300 euros más que el resto de estudiantes andaluces. Recuerda, para seguir, que la deuda de 180 millones de euros que tenía la Universidad de Jaén cuando Juanma Moreno llegó al poder quedó saldada en un esfuerzo sin precedentes. Revela, para terminar, que quizás el “quid” de la cuestión está en la sobrecarga de personal. “Las cuentas no fallan en términos absolutos”, expone. Miguel Moreno confía en que la polémica quede zanjada con una reunión entre Juan Gómez y Rogelio Velasco en la que se puedan cotejar los números hasta que, al final, cuadren.

Por cierto, el miércoles hay pleno en el Ayuntamiento de Jaén en el que la única concejala de Ciudadanos, María Orozco, también se tendrá que retratar. No habrá declaración institucional de apoyo a la Universidad de Jaén, tal y como planteó el alcalde, Julio Millán, porque ella no está dispuesta a firmarla y, por lo tanto, será en el turno de las correspondientes mociones que planteará el Partido Socialista y los concejales no adscritos cuando la edil expondrá su complicado posicionamiento. Por el momento, prefiere esperar a hacer cualquier tipo de declaración que pueda enturbiar el trabajo que, entre bambalinas, unos y otros realizan para intentar apaciguar los ánimos. En el otro extremo está el Partido Popular. Su presidente, Erik Domínguez, mantiene reuniones a puerta cerrada y, por el momento, calla por lo que pueda pasar. Hasta nueva orden, aguanta el tipo mientras en el extremo contrario se frotan la manos en los prolegómenos lejanos de las urnas.

Allí había de todo, como en botica. Estaban quienes quedaron desencantados con un partido o con otro, los que nunca tuvieron relación con la clase política, empresarios que necesitan recuperar la confianza en las administraciones y gente anónima que, por primera vez, se estrena en esto de lo público con la pretensión de arrimar el hombro por la provincia. “Jaén Merece Más” se presentó, el jueves pasado, como las siglas que aparecerán en las próximas papeletas electorales y lo hizo en un lugar de referencia en la capital, el Hotel Condestable, con un salón repleto de invitados con ganas de aplaudir. Presidido por Ignacio Ruiz, la estructura orgánica está compuesta por jiennenses despojados de mochila política, cada uno con su ideología propia y con un mismo sentimiento, trabajar por la tierra en la que quieren que sus hijos desarrollen sus vidas. Esta es la teoría de “Jaén Merece Más”, porque la práctica está por ver. Y como todo no es un camino de rosas, empiezan las críticas con hechos, como los protagonizados por la Federación de Asociaciones de Vecinos Objetivos Comunes, OCO, y colectivos como “El Tomillo”. Deciden salir de la plataforma ciudadana que fue el germen de este partido.

El Partido Popular y Ciudadanos consiguen ganar tiempo para que la moción de censura de Linares, planteada por el Partido Socialista con el apoyo de Izquierda Unida y Cilu, no prospere. La legislación vigente permite que se pueda presentar, incluso, el día de antes de la celebración de las elecciones municipales, pero el reloj juega en contra de quienes están por la labor de cambiar el Gobierno municipal. El pleno celebrado la semana pasada supuso un paso importante para los socialistas, quienes consiguieron el apoyo para demostrar que no existe incompatibilidad en el caso del empresario y concejal Javier Palacios, uno de los argumentos esgrimidos por el juez para aplicar la medida cautelar que dejó en suspenso el pleno extraordinario en el que está previsto presentar y hacer efectiva la moción de censura.