¿Un brindis al sol?

La Junta de Andalucía cierra el año con un acto de buena fe como es la petición al Gobierno de operar en el ferrocarril para mejorar las comunicaciones. La duda está en si será viable

26 dic 2022 / 17:53 H.

Quiere la Junta de Andalucía coger el toro por los cuernos para que el ferrocarril deje de ser una de las asignaturas pendientes en una provincia en la que, precisamente, viajar no es un placer. No hay que dar más vueltas. Si alguien tiene la necesidad o el gusto de visitar Jaén, lo más eficaz es usar el vehículo privado, lo menos recomendable en la sociedad del siglo XXI y, a la postre, la única alternativa para llegar a tiempo y, sobre todo, volver. Lo mismo ocurre a la inversa. Cualquier escapada desde la tierra del mar de olivos hay que hacerla en las cuatro ruedas familiares ante la falta de opciones públicas por vía férrea. Esta es una realidad conocida por todos en la que el Gobierno es el único que ve avances en infraestructuras que, sin embargo, tienen una capacidad sorprendente para propiciar el aislamiento, una excusa perfecta para hacer política en la que, ahora, la Administración autonómica sorprende con una noticia repleta de trasfondo.

El delegado del Gobierno andaluz en Jaén, Jesús Estrella, aprovechó el marco de la reunión del Patronato de la Fundación Estrategias para el Desarrollo Económico y Social de la provincia de Jaén, celebrado el viernes pasado, para poner el altavoz de lo que ya anunció la consejera Marifrán Carazo en Sevilla: La Junta de Andalucía solicitará al Gobierno de España la cesión de la gestión operativa en las líneas ferroviarias Jaén-Linares y Jaén-Córdoba-Sevilla-Cádiz, además de la de Jaén-Almería, con el objetivo de reforzar las comunicaciones con el resto de las capitales de provincias de la comunidad autónoma. Vertebrar el territorio. En tres palabras. Se trata, sin lugar a dudas, de un posicionamiento valiente que, en un símil de andar por casa, significa algo así como entrar en la casa de la Administración central —con permiso— para arreglarla con dinero propio, aunque sin usurpar propiedad alguna. Suena bien la canción, siempre y cuando no se quede en el estribillo, pero habrá que ver si existe una fórmula que permita el cumplimiento de un excesivo acto de buena fe en el que, por supuesto, es importante sacar la lupa por aquello de la letra pequeña.

La competencia ferroviaria es estatal, por lo que no será cuestión de coser y cantar que la Junta de Andalucía pueda operar en una materia en la que apenas es un convidado de piedra. El artículo 150 de la Constitución Española, en el punto número dos, reza: “El Estado podrá transferir o delegar en las comunidades autónomas, mediante ley orgánica, facultades correspondientes a materia de titularidad estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de transferencia o delegación. La ley preverá en cada caso la correspondiente transferencia de medios financieros, así como las formas de control que se reserve el Estado”. Es decir, transferir competencias conlleva un embrollo burocrático que, a la misma velocidad que circula el tranvía, puede tardar unas cuantas legislaturas, por lo que da descartada la vía de la tortuga para un propósito que, perdón por la insistencia, pero resulta un acto de buena fe.

El objetivo, sin embargo, no es modificar la titularidad, sino firmar un convenio que permita la delegación de competencias para que el vecino del sur, de signo político contrario, pueda operar en esas vías que conducen a ninguna parte y que dificultan, en este momento, viajar entre las ocho provincias andaluzas con las prestaciones propias del tren del siglo XXI. El problema es que, lo mismo que el camino se demuestra andando, los jiennenses están en una situación en la que no creen ya ni lo que ven sus ojos, por lo que es normal que haya quienes pongan interrogaciones hasta el mismo punto de la i. ¿Será un nuevo brindis al sol?...

¿Un brindis al sol?

Los concejales que renunciaron a su acta no asistirán al pleno

Dice Atanasio Ureña, conocido por todos con el nombre de Sito, que no tiene predisposición para ser concejal, pero que esperará a que la renuncia de los tres concejales del grupo de los no adscritos en el Ayuntamiento de Jaén sea firme en el próximo pleno para pronunciarse acerca de su decisión. Sin embargo, María Cantos, Miguel Castro y Bruno García no asistirán a la próxima sesión plenaria, prevista para este viernes, porque consideran que su dimisión es oficial desde aquel día que entregaron sus respectivos escritos en el Registro Municipal. Hay tres actas encima de la mesa y Sito Ureña es el primero de la candidatura con la que concurrió Ciudadanos a las elecciones municipales de 2019 para elegir. Él ya no está afiliado a la fuerza naranja, lo mismo que tampoco lo está el siguiente, Carlos Abellán, que tiene claro que no dará el paso, ni el número ocho, Sebastián Sola, que sí tiene previsto estrenarse en el salón de plenos. La duda está en cómo lo hará. Él está convencido de que entrará directamente en el equipo de Gobierno, donde María Orozco sostiene el pacto de gobernabilidad con el Partido Socialista. Sin embargo, en Ciudadanos no tienen claro de que así sea. En todo caso, el espectáculo está asegurado.

EN CORTO. No habrá candidato del PP hasta que no estén los ocho

Primero fue cuestión de estrategia política y, ahora, de cuadrar el círculo. El caso es que el turrón empieza a ponerse más duro que un piñón y, a estas alturas del año, el Partido Popular no tiene candidato oficial a la Alcaldía de Jaén. No quisieron los que más mandan “quemarlo” antes de tiempo y, ahora, hay problemas en otras provincias para bendecir a los número uno, de tal forma que hasta que no esté cerrado el quién es quién en cada una de las ocho capitales andaluzas, Angustín González tendrá que conformarse con lo extraoficial, que también da juego político. El director general de Consumo se prepara para la cuenta atrás hacia unas elecciones municipales en la que la unidad de la izquierda no será una buena aliada en la cita con las urnas.