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Javier Perales se ve sin apoyo de la dirección provincial del Partido Socialista en una moción de censura con la que recupera la Alcaldía perdida. ¿Habrá una estrategia electoral detrás?

    15 jul 2022 / 23:54 H.

    Dicen que una imagen vale más que mil palabras y, aunque cuesta admitirlo entre quienes nos va la vida en juntar letras, no queda otra opción que aceptar la realidad. La fotografía que acompaña a este texto está repleta de significado y resume el último año de vaivenes entre quienes lucharon contra viento y marea para conseguir arrebatar el bastón de mando a Raúl Caro-Accino en el Ayuntamiento de Linares. El Partido Socialista, con el respaldo de los concejales de Izquierda Unida y de CILU, recupera la Alcaldía que perdió en las últimas elecciones municipales por un pacto de Gobierno entre Ciudadanos, el Partido Popular y, precisamente CILU, que privó a la lista más votada por los linarenses continuar en el poder municipal. Entonces fue Daniel Campos el candidato y, ahora, es Javier Perales el alcalde. El también secretario general de los socialistas en la Ciudad de las Minas convenció a los independientes conservadores y moderados, aquellos que respaldaron al anterior dirigente municipal, de abrazar su fe para convertir a Linares, una vez más, en trending topic nacional. Lo fue por liderar las listas del desempleo y, ahora, lo es por un escándalo político que bien poco beneficiará a quienes tienen en este momento la sartén de la Administración local por el mango.

    El pleno extraordinario celebrado el martes pasado en la Estación de Madrid fue tan caótico como la situación que presenta la segunda ciudad más grande en población de la provincia. No hubo orden ni concierto en un espectáculo en toda regla en el que nadie quiso coger la batuta. Hubo serios intentos por frenar el debate de la moción de censura, titubeos, pasos hacia adelante y otros hacia atrás hasta que, al final, se cumplió la hoja de ruta en una jornada en la que lo más destacado, eso sí, fueron las ausencias. El alcalde dejó de ser alcalde sin que la máxima representación orgánica de su partido en Jaén, Miguel Moreno, lo acompañara en un momento político que será irrepetible, lo que denota el lugar en el que está cada uno en el seno interno de un partido en el que hay aglomeración de militantes en la casilla de salida. Lleva Raúl Caro-Accino todo el mandato con la espada del Partido Popular clavada en la espalda y, ahora, liberado de ataduras y con el beneplácito que dar ser la víctima del peliculón, tiene alfombra azul para hacer suyas unas siglas con las que, incluso, cabe la opción de que se presente como candidato a la Alcaldía en las próximas elecciones municipales. Nunca hay que decir de esta agua no beberé. Otra ausencia, la más aclamada, tiene que ver con el otro alcalde, el actual, a quien le faltó la palmada de la dirección provincial del Partido Socialista cuando el horno no está para muchos bollos. A las claras. Lo que se comenta entre bambalinas es que Francisco Reyes no estaba por la labor de que, a menos de un año de las elecciones municipales, se montara el circo de la moción de censura, quizás porque el ambiente ciudadano no es el más propicio para hacerlo, quizás porque en sus planes haya otra estrategia con vistas a los comicios de 2023 con nombre de mujer. Puede que Javier Perales tenga el respaldo de una parte de su partido, aquellos que llevan tiempo detrás del cambio, pero el hecho de que ni Perry Mason estuviera sentado en ese pleno denota la falta de interés de la sede de la calle Hurtado por recuperar la Alcaldía de Linares por cuestiones que sólo el tiempo podrá demostrar. Mientras tanto, queda para el recuerdo el apretón de manos entre dos socios que están llamados a entenderse: Javier Perales y Javier Bris. Trending topic.

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    A la espera de la confirmación del candidato del PP a la Alcaldía de Jaén

    Nadie puede afirmar, a ciencia cierta, quién está “nominado” para entrar en la “casa” más endeudada de Jaén o, en román paladino, quién quiere el Partido Popular que coja las riendas del Ayuntamiento de la capital en las próximas elecciones municipales. Hay que estar preparado para lidiar con ese toro en unas circunstancias económicas que, estarán mejor que antes, pero que siguen complicadas. La margarita está pelada de tanto deshojarla y, sin embargo, falta que alguien desde Sevilla dé el último bocinazo para anunciar el nombre y los apellidos del candidato a la Alcaldía de Jaén. Agustín González, mientras tanto, sigue en funciones la labor encomendada como secretario general de Empleo y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, porque hay que cumplir el mandato hasta el último minuto y, después, empezar de nuevo en ese regreso al Partido Popular después de la confianza que depositó en él Ciudadanos. Todos lo consideran un buen perfil para ganar las elecciones y, aunque el grado de conocimiento no es el deseado, queda tiempo para patearse los barrios y que le vean la cara, el talento y el talante. El alcalde, Julio Millán, se prepara, mientras tanto, para la sana pelea electoral que está por llegar.

    EN CORTO. Nueva consulta a los colectivos ciudadanos

    Terminaron las elecciones autonómicas y la prueba de fuego que supuso para el movimiento de la España Vaciada dejó un sabor agridulce. Mucho apoyo tuvo Jaén Merece Más para ser la primera vez que se presentaba a una cita con las urnas, pero no el suficiente para conseguir el propósito de la representación andaluza. Ahora, unos y otros analizan los resultados, interpretan y consultan a las bases, que no son otras que las plataformas ciudadanas de donde surgieron los dos partidos unidos en matrimonio de conveniencia. A las claras. Los de Jaén no están contentos con el recuento obtenido en Linares, después de los dimes y diretes que conllevó la confección de la lista, una tirantez que pasará factura y que se empieza a visualizar ya entre los colectivos sociales de la provincia de Jaén.