Torres más altas cayeron

El voto individual de la militancia socialista será clave para inclinar la balanza hacia la continuidad de Susana Díaz o la renovación de Juan Espadas en una batalla considerada la “guerra” definitiva

24 may 2021 / 16:52 H.

Dice el refrán popular que torres más altas cayeron y, en este sentido, ya se sabe que el pueblo es el más sabio. Las que se avecinan serán las elecciones primarias más reñidas de los últimos tiempos, una cita con las urnas internas con las que la familia socialista elegirá a su propio candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Está el “patio” concurrido, con cuatro aspirantes que, en realidad, se reducen a dos: Susana Díaz y Juan Espadas. El próximo día 13 de junio se deshojará la margarita y, hasta entonces, quienes presagian resultados lo único que pueden hacer es caer en el error. Está ajustada la cuestión, se oye demasiado ruido de fondo y, aunque los acérrimos de la actual secretaria regional ven posibilidades y los del alcalde sevillano consideran ganada la batalla, lo único cierto en esta interminable historia es que lo que contará será el voto individual de cada socialista. Eso sí, los indecisos se decantarán por el caballo ganador, por lo que ya se pueden atisbar por dónde pueden ir los “tiros” en esta auténtica “guerra”.

Existe el convencimiento absoluto de que la provincia de Jaén, posicionada prácticamente en bloque, respaldará a Juan Espadas, no porque tenga raíces jiennenses ni porque esté casado con una linarense, sino porque consideran que representa la renovación necesaria en un momento en el que consideran que el proyecto que no pudo formar gobierno en las últimas elecciones autonómicas está acabado. El máximo dirigente municipal de Sevilla se convierte en el candidato de consenso, el que aúna voluntades y hace temer a un presidente de la Junta de Andalucía fortalecido por su quehacer diario y por el contexto nacional que vive el Partido Popular. Todos están con él, desde el secretario general del Partido Socialista en Jaén, Francisco Reyes, hasta la presidenta en Andalucía, Micaela Navarro. Todos o casi todos, porque surgen versos sueltos en la estrofa, declarados abiertamente “susanistas”, como el alcalaíno Carlos Hinojosa, el linarense Luis Moya, algún convencido de Mengíbar y otros más en agrupaciones de la provincia.

No corren vientos favorables para la expresidenta de la Junta, que tuvo a los jiennenses a sus pies y, ahora, los encuentra de espaldas y, en cierto modo, con la mirada fija en un sitio llamado Ferraz. La memoria, a veces, más vale perderla, pensará ella en este capítulo final que significarán las primarias de Andalucía después de aquel cuerpo a cuerpo, librado en 2017, entre Susana Díaz y Pedro Sánchez. La dirección nacional socialista se frota las manos ante un resultado que significará un guantazo en toda regla para el perdedor, en masculino o en femenino. Y, pese a negar la mayor, es importante una contextualización: Juan Espadas, en alta o en voz baja, tiene el respaldo de la oficialidad.

Se aproxima la fecha del juicio final y, mientras tanto, cada uno va tomando posiciones, sin olvidar los seguidores de Luis Ángel Hierro y Manuel Pérez García, que también los hay. Mañana serán proclamados los candidatos y, a partir de ese momento, ya podrán disponer de todos de los medios del partido, supuestamente en igualdad. El “tour” electoral ya está en marcha. Se ve entre los acompañantes quienes luchan por la supervivencia política de Susana Díaz y quienes están por la llegada de viento fresco que implique cambio, más cambio y otra vez cambio. Es la única manera de modificar el rumbo de los acontecimientos, introducir caras nuevas en un proyecto que sea capaz de ilusionar a los que tienen carné para, más tarde, poder difundir esa ilusión entre los ciudadanos de a pie. Acertar con el equipo también contribuirá a afianzar el partido con vistas a otras batallas habidas y por haber.