Sin ti no soy nada

El PSOE gana en el feudo del presidente provincial del PP, Erik Domínguez, y consigue vuelco con respecto a las elecciones municipales en trece municipios unidos a la “marea azul”

25 jul 2023 / 10:36 H.

Ha sido dejar el Ayuntamiento y el Partido Popular, el que viste y calza como presidente provincial, pierde en las elecciones generales. No está la “cosa” para bromas, pero la vida da unas sorpresas, qué sorpresas da la vida, ¡ay Dios!... Ocurrió en Guarromán, donde hay un alcalde que hace windsurf en la ola azul, Alberto Rubio Mostacero para más señas, huérfano desde que su concejal aventajado hizo “fu”, como los gatos, en una estrategia política en toda regla que pasó por poner un pie en la Plaza de Santa María, porque el otro ya se sabe que está en Sevilla. El caso es que Erik Domínguez Guerola tendrá la espinita clavada de no haber conseguido que las siglas a las que representa se queden con el papel secundario en una película en la que aspiraban a ser la estrella por aquello de que la cabra tira al monte. A las claras: el Partido Socialista gana al Partido Popular con diez puntos de diferencia en su municipio. Sin ti no soy nada... dice la otra canción.

Puede respirar tranquilo el otro presidente, el socialista Francisco Reyes, porque en Bedmar, de donde renace, hubo victoria del puño y la rosa, una realidad indiscutible a no ser que la página web del Ministerio de Interior, que falló más que una escopeta de plomos hace dos meses, yerre en los resultados provisionales. No puede decir lo mismo la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, donde los jimenatos la quieren a reventar, pero a la hora de depositar sus respectivos votos en las urnas, no se acuerdan de Santa Bárbara ni así caigan chuzos de punta. No está de más recordar, a estas alturas del año, que no es lo mismo votar a un alcalde que a un presidente del Gobierno y, aunque con los datos recién salidos del horno es complicado afinar en el análisis histórico de cada municipio, eso de que la vida te da sorpresas es más cierto que una Catedral. ¿Qué ha pasado en Úbeda? ¿Qué ha ocurrido en Peal de Becerro? ¿Y en Fuensanta de Martos? Cada uno tiene sus singularidades y, por supuesto, la respuesta no puede ser única, pero en los tres casos ganaron los populares cuando sus ayuntamientos están gobernados por los socialistas. El caso contrario ocurre en trece pueblos y ciudades de esta bendita tierra, donde los votantes sabrán los motivos por los que eligieron una papeleta el 28 de mayo y otra distinta el 23 de julio. Aquí cada uno es de su padre y de su madre y, por lo tanto, las interpretaciones son múltiples y variadas. Aparte de Guarromán, donde la realidad es la que es, el símil se repite en Montizón, Segura de la Sierra, Santisteban del Puerto, Torres, Bélmez de la Moraleda, Arquillos, Mancha Real, Castillo de Locubín, La Puerta de Segura, Linares, Mancha Real y Villardompardo. Aquí hay, valga la redundancia, lecturas diferentes. Una puede ser que no están contentos los vecinos con lo políticamente establecido y otra, lo contrario, que quieren tanto a sus alcaldes que los apoyan en las elecciones municipales hasta la saciedad y, cuando llega una convocatoria más general, como la de ayer, tiran más por las siglas que por la persona. Cada cual que saque sus conclusiones entre tanta marea que, a veces, se convierte en tsunami. Otra sorpresa de esas que dan la vida está en Cárcheles, donde ganaron los socialistas a contracorriente, un municipio gobernado por el Partido Popular gracias a un alcalde de los de toda la vida que tuvo su paréntesis en Ciudadanos, Enrique Puñal. No pasó lo mismo, sin embargo, en Aldeaquemada, donde Manuel Fernández es incombustible, no como el otro Manuel Fernández, Palomino de segundo apellido, fuera de juego en unos comicios de los que hacen historia, porque no hay que olvidar que la provincia señera del socialismo nacional ya no es lo que era. ¡Ay Dios!

Sin ti no soy nada

¿Por qué no está el Conservartorio de Danza en las 100+1 medidas?

Ni estaba ni se le esperaba. La construcción del Conservatorio Profesional de Danza, uno de los proyectos reivindicados por Jaén Merece Más antes de entrar en el Ayuntamiento de Jaén, no está en las 100+1 medidas que sostienen el pacto con el Partido Popular, ni siquiera en el apartado de “tierra quemada”, es decir, aquel que se refiere a dar continuidad a iniciativas en marcha independientemente de sus ideólogos o ejecutores. ¿Por qué no aparece una infraestructura estratégica para este nuevo partido? Nadie acierta a contestar a una pregunta que está en el aire desde la polémica auspiciada por la portavoz de la plataforma que defiende su construcción, Raquel Borja, a quien se le veía antes más que ahora en las asambleas de Jaén Merece Más, aunque siempre como una militante de base de las que intentan luchar por su tierra sin más color que el verde de los olivares. Resulta extraño que la fuerza política nacida de un movimiento ciudadano emitiera un comunicado de prensa para exigir al Ayuntamiento de la capital el impulso del proyecto en el solar del colegio Ruiz Jiménez, que es como pedirse a sí mismo, porque no hay que olvidar que está en el equipo de Gobierno, lo mismo que en misa y repicando.

EN CORTO. Un ejemplo de alcaldes que apuestan por la cultura

Llevan razón quienes dicen que la política es el arte de hacer posible lo imposible. No hay más que ver lo ocurrido en un municipio de El Condado que no llega a los 1.700 habitantes con un ciclo de música que revolucionó la comarca por completo y puso en órbita el sector de la hostelería. Miguel Ángel Manrique deja clara su apuesta por la cultura con “Arquillos Suena”, una arriesgada iniciativa que supone un ejemplo para otros dirigentes municipales que con acciones de este tipo demuestran que no hay que residir en grandes ciudades para tener acceso a todo tipo de propuestas en engrandecen el conocimiento y el corazón. Eso también es política, la que fija la población al territorio y hace que los arquilleros se sientan orgullosos de su tierra. Lo que bien empieza, siempre acaba mejor.