¿Quién dijo crisis?

La dirección provincial del Partido Popular se mantiene en silencio en medio de la tormenta desatada como consecuencia de la tensiones conocidas entre Pablo Casado e Isabel Día Ayuso

21 feb 2022 / 16:25 H.

Era vicesecretario general de Comunicación cuando respaldó públicamente a Pablo Casado en su carrera hacia la Presidencia del Partido Popular. Fue en un acto público, celebrado en la Institución Ferial en julio de 2018, con el entonces alcalde de Jaén, Javier Márquez, como fiel acompañante. Erik Domínguez se convirtió, unos días más tarde, en coordinador de las elecciones primarias del ahora líder nacional y, en cuanto se celebró congreso, consiguió el respaldo de la militancia para ser lo que hoy es: el presidente provincial. Fiel a sus principios, a huir del “donde dije digo, digo Diego”, a cumplir sus compromisos y a mirar siempre de frente, complicado tiene hablar con el tendido revuelto. Cuando las aguas volvían a su cauce en una tierra en la que la división hizo estragos, el panorama nacional se convierte en la tormenta perfecta para los que están en el otro lado, aquellos que se frotan las manos con tanto espectáculo. Complicado resulta remontar cuando el partido está a punto de terminar, hay jugadores lesionados y el banquillo está a rebosar.

El caso es que Erik Domínguez no sale de una cuando ya está metido en otra. No fue cuestión de coser y cantar aquello de cerrar heridas abiertas como cráteres después de aquel histórico congreso que partió en dos la sede de la calle San Clemente. Entonces Juan Diego Requena y Miguel Moreno fueron los protagonistas de un culebrón con más capítulos que Topacio. Costó tiempo, esfuerzo, reuniones y promesas recomponer el puzle en el que quedó el Partido Popular y, aunque todavía hay versos sueltos dentro de un mismo poema, lo cierto es que las apariencias apuntan a la unidad soñada que tanta falta hace cuando hay urnas a la vuelta de la esquina. Empezaban a levantarse los populares jiennenses de la caída provincial, cuando la pelea entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado obliga a todos a poner el contador a cero. Las diferencias entre el presidente nacional y la presidenta de la Comunidad de Madrid estallaron la semana pasada y dejaron un reguero de polémica que colea cada día con más fuerza y en todas las provincias sin discreción. Nadie sabe las consecuencias que tendrá una confrontación interna sin precedentes que supone un escándalo que ahonda en el desencanto ciudadano con la política. El silencio se adueña de la dirección provincial en los prolegómenos de una guerra que solo acaba de empezar. El presidente que apoyó al otro presidente aboga por la prudencia y ruega una oración por el alma de la unidad en una situación extremadamente compleja para los de Pablo Casado y para los de Isabel Díaz Ayuso. Prepara una rueda de prensa para mañana en la que seguirá las directrices que hay que seguir para comunicar lo que hay comunicar, porque la disciplina impera en un partido que no está dispuesto a deambular sin cicatrices y, mucho menos, a morir. Hay comentarios en las redes sociales de cargos públicos y orgánicos en los que, sin mojarse en medio de la tormenta, esquivan el granizo con aquello de que nadie merece en la fuerza política que representan deslealtades y lo que sí merecen los jiennenses es trabajar por ellos sin que nada ni nadie les desvíe del camino. Como toda regla tiene su excepción, el parlamentario Francisco Palacios, lejos de quitar hierro al asunto, pronuncia a los cuatro vientos en su perfil de Facebook: “Espero que Pablo Casado y Teodoro García se sientan satisfechos: le han hecho el trabajo sucio a la izquierda en Madrid para que puedan atacar a Ayuso. No sé si serán conscientes de que el daño se lo hacen al partido. El PP no se merece estos dirigentes. Hoy siento vergüenza de pertenecer al Partido Popular”. ¿Quién dijo crisis?

Julio Millán repite al frente del barco socialista de la agrupación local

Celebró el Partido Socialista el congreso provincial en el que resultó reelegido Francisco Reyes, no sin las tensiones oportunas como marco de una situación inédita, y ahora empiezan las agrupaciones locales a votar a sus líderes como preparativo para las elecciones municipales. El viernes pasado fue el turno de la capital. El actual alcalde de Jaén, Julio Millán, también resultó reelegido secretario general del PSOE de la ciudad con un 96,7% de la militancia, en la asamblea general extraordinaria celebrada en la Institución Ferial. La suya fue la única lista presentada. El 2,6% de los votos fue en blanco y nulos, un 0,6%. Ni que decir tiene que el jiennense está más fuerte que nunca después de que consiguiera, con el respaldo de Ciudadanos, coger el bastón de mando del Ayuntamiento y revertir la situación política municipal. Dejó claro, en su discurso, que su proyecto necesita cuatro años más de maduración, por lo que, salvo sorpresa, será el próximo candidato socialista a las elecciones previstas en 2023. No será fácil terminar una legislatura con el único apoyo de la edil María Orozco, quien también tendrá que hacer su juego político a medida que se acerque la cita con las urnas. Así es la política.

Levanta Jaén levanta el vuelo político

Valga la redundancia, Levanta Jaén levanta el vuelo político con el anuncio electoral escenificado, el sábado pasado, en Guarromán. La España Vaciada, finalmente, da por rota la unidad con la fragmentación interna que tiene como resultado la existencia de dos siglas nuevas en un tablero con más propuestas que gente para votar. Hubo propuestas de negociación con el rival, “Jaén Merece Más”, que, a todas luces, quedaron en una mera declaración de intenciones, porque, después de los dimes y los diretes, queda claro que aquí nadie tenía intención de conseguir la unidad. Cada uno por su lado, la casa sin barrer y unas siglas, LJ, que darán que hablar, porque fueron los contrincantes, seis en concreto, los que se adelantaron para registrar oficialmente el nombre y comprar los dominios, por lo que pudiera pasar. Y, al final, pasó.