Primer lunes de Cuaresma

El primer lunes de Cuaresma, el que marcha la cuenta atrás para una Semana Santa cercana a la normalidad, se presenta con la mirada puesta en Linares, una ciudad donde la política regala un enorme juego periodístico mientras el desempleo se desangra. Se estrena la semana con el foco mediático puesto en la Audiencia Provincial de Jaén, donde un jurado popular tendrá que emitir su veredicto ante las acusaciones de malversación de caudales públicos por las que el Ministerio Fiscal pide una pena de prisión de cuatro años de cárcel y diez de inhabilitación absoluta para el histórico Juan Fernández. Se celebra la sesión judicial, casualmente, en los prolegómenos de otra sesión, en este caso municipal, en la que el protagonista de esta y de la otra película busca el giro político en el Ayuntamiento de la segunda ciudad más poblada de la provincia: el Partido Socialista.

No está todo el pescado vendido. Precisamente la Justicia, ese recurso al que el ciudadano se aferra con el derecho al pataleo, será la que determine si, finalmente, hay pleno o no hay pleno para desbancar a Ciudadanos y al Partido Popular del poder. Hay una estrategia puesta en marcha conjuntamente para frenar la tan anunciada moción de censura con una petición de medida cautelar encaminada a ganar tiempo para que los que están llamados a entrar en la Alcaldía resten meses en la recta final del mandato. Otro juez será el que determine el futuro político inmediato de los socialistas que, con el beneplácito de Izquierda Unida y de Cilu, pretenden hacer honores a la voz expresada por los linarenses en las urnas hace tres años. Dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena. El caso es que todo está preparado para ese 11 de marzo para la historia minera, pero hasta el rabo, todo es toro, también del refranero español.

El Partido Popular de Erik Domínguez y el Ciudadanos que está al otro lado de Miguel Moreno urgen una maniobra que, lejos de amedrentar al enemigo político, empodera a quien asegura que tiene la sartén cogida por el mando. Javier Perales, llamado a ser alcalde a partir del viernes, duerme tranquilo. Está convencido de que la sentencia a la que se agarran para intentar dar por nulo el voto del concejal Daniel Campos está más que cumplida y, en última instancia, no afecta al sufragio activo, sino al pasivo, por lo que difícil ven en el Partido Socialista que su paso hacia adelante tenga que ser revertido por obra y gracia de un fallo judicial. Otra cosa es que el edil en cuestión, en un alarde de revancha por lo que pudo ser y no fue, votara en contra de lo que plantean sus propias filas, pero no llegará la sangre al río en un asunto peliagudo en el que todos pasan de puntillas.

El caso es que se presenta la semana más movida que la de los años de la transición madrileña, con la Justicia como telón de fondo en dos asuntos de actualidad y con un exalcalde y un alcaldable como protagonistas del peliculón. La resolución de los conflictos vendrá con el tiempo, lo mismo que la sanación de esas heridas que dejan siempre cicatrices. Los linarenses, hartos de espectáculos que desfijan la mirada de lo verdaderamente importante, amenazan con más manifestaciones en la calle con el fin de conseguir que el poder se centre en la resolución de los problemas de cientos de familias que no tienen ni presente ni futuro en una ciudad que fue la locomotora industrial de la provincia y que tiene en la innovación y la investigación un mañana altamente prometedor. Lunes de Cuaresma y semana de pasión para quienes nos dedicamos a este noble oficio.

n El Partido Popular vive inmerso en una crisis abierta por el enfrentamiento entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, que tiene previsto salvar en un congreso que celebrará en Sevilla en los primeros días de abril. No hay mejor ciudad para visitar en primavera, un lugar estratégico en el mapa nacional que, por supuesto, no está elegido al azar, tampoco al olor del azahar, sino por la importancia política que tiene esta fuerza política, en este momento, en el contexto español. Los populares jiennenses cierran filas en torno al gallego Alberto Núñez Feijóo y se espera que suene la campana para que alguien de la tierra, en plural o en singular, entre a formar parte de su equipo. Ya se sabe que lo que busca el candidato es el rescate de los veteranos que dejaron fuera la que los críticos llaman “generación perdida”. Tal es el caso de Javier Arenas, que regresa con fuerza a la cita congresual como la mano que mece la cuna. En clave jiennense, todos están con Alberto Núñez Feijóo. Un paseo por las redes sociales se convierte en un reguero de mensajes, todos cortados por el mismo patrón, con fotografías incluidas que avalan al futuro “jefe”. Abril está a la vuelta de la esquina, una fecha que significará la cuenta atrás hacia las elecciones.

Fue uno de los concejales que consiguió un escaño con Ciudadanos en las elecciones municipales de 2015. Junto con Salud Anguita y Víctor Santiago, irrumpió en la política municipal con esas ganas de cambiar el mundo de todo principiante. Desavenencias con su partido le llevaron a presentar su dimisión en febrero de 2016, a quedarse fuera de la fuerza naranja y a pasar al grupo de los no adscritos en el Ayuntamiento de Jaén. Poco a poco se acercó al Partido Popular, hasta el punto de convertirse en vicepresidente de Somuvisa, un cargo no remunerado que le permitió meter cabeza en el seno del equipo de Gobierno. En las siguientes elecciones municipales, las de 2019, no encontró la recompensa que buscaba y, sin embargo, recibió un contrato como técnico en el grupo municipal, contrato que ahora abandona para regresar a la empresa privada.