Preparado para jugar

Alberto Núñez Feijóo, bendecido en Andalucía para convertirse en la alternativa de Pedro Sánchez en España, confía en el consejero “jiennense” la cartera de vicesecretario de Economía

04 abr 2022 / 16:38 H.

Terminó el XX Congreso Nacional Extraordinario del Partido Popular con felicidad contenida por el triste fallecimiento del consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda, un hombre de Ciudadanos y, ante todo, un espíritu combativo y ambicioso que forjó desde los banquillos del baloncesto, el escenario en el que siempre se sintió más cómodo. No pudo haber peor colofón para un fin de semana que tuvo como escenario Sevilla, donde la primavera se convirtió en una explosión de alegría y de ilusión para una familia que dice borrón y cuenta nueva y que sitúa a Alberto Núñez Feijóo en el lugar que muchos esperaban desde hace algún tiempo. El cónclave, repleto de gestos para una tierra a la que todos miran ante la inminencia de las elecciones autonómicas, tuvo un guiño claro hacia una provincia necesitada de representantes políticos, en lo orgánico y en la gestión, comprometidos con el presente y el futuro de los jiennenses. Juan Bravo Baena, considerado el consejero de Jaén por sus vínculos personales y familiares, es elevado hasta el altar de la Vicesecretaría de Economía del recién renovado Partido Popular.

Vuelta alto el exjugador de fútbol sala, preparado para un nuevo partido en el que la economía está llamada a ser la llave que abre las puertas de todos los servicios públicos, de las pensiones, del crecimiento económico, del empleo y del prestigio de España en el mundo. El nuevo presidente del Partido Popular confía en el consejero de Hacienda y Financiación Europea, aspirante a ministro cuando tenga que ser, en esa vuelta de tuerca que necesitan las políticas de ingreso y de gasto. La experiencia demostrada en el Gobierno de Andalucía, con una gestión basada en el cumplimiento del objetivo de déficit y en el control de la deuda en los peores momentos, tiene como fruto un merecido nombramiento que refuerza, de la misma manera, la dirección provincial del Partido Popular. La voz jiennense en el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía se convierte en el baluarte de un equipo de jiennenses que, bajo la batuta de Erik Domínguez, juegan fuerte para alcanzar el objetivo principal: conquistar la Diputación Provincial de Jaén.

El regreso de Sevilla a Jaén, con el alma partida por el fallecimiento de un compañero del gobierno de Juanma Moreno, fue un volver a nacer para quienes sienten esta fuerza política como su casa. La unidad recuperada, con alguna oveja descarriada que desfoga su ira en las redes sociales, se convierte en la solución perfecta, aderezada por la importante inyección de energía recibida en la cita congresual, para afrontar todo lo que está a la vuelta de la esquina. Lo primero, las elecciones andaluzas que, aunque todos quieren desviar la mirada hacia septiembre, cobra fuerza un adelanto técnico para el 26 de junio con las fuerzas centradas en renovar a Juanma Moreno al frente de la Junta de Andalucía. Lo segundo, las municipales, con candidatos con las uñas mondadas a la espera de que su nombre esté impreso en los carteles. Que se lo digan a Agustín González, Romo para más señas, que tiene a Bruce mareado con la precampaña por los barrios. Y, por último, las generales, donde los populares pondrán toda la carne en el asador con el fin de desbancar a Pedro Sánchez y compañía del poder.

No será fácil para la familia jiennense convencer al electorado de que su propuesta es la mejor con la que está cayendo en la provincia. Hay demasiados frentes abiertos y asignaturas pendientes que complican la tarea no sólo de votar las siglas de Alberto Núñez Feijóo, sino de acudir a los colegios electorales cuando la clase política, independientemente del color, mira para otro lado. A jugar.

¿Quién se pondrá la medalla del arreglo de la Universidad?

Nadie quiere hablar de medallas en el embrollo universitario que tiene en vilo a la provincia de Jaén entera. El Partido Popular y Ciudadanos, socios de gobierno en la Junta de Andalucía, mueven sus fichas para intentar arreglar el grave desajuste económico que genera el borrador del modelo financiero establecido por la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades para las diez instituciones académicas andaluzas. La Universidad de Jaén abre una crisis política en toda regla, en la que unos y otros intentan sacar el cuello del agua sin mojarse demasiado las orejas y, aunque hay tiras y aflojas entre dos fuerzas políticas llamadas a entenderse, ya se sabe que dos no se pelean si uno no quiere. A las claras. Hay tensión entre el consejero de Hacienda y Financiación Europea, Juan Bravo, y el titular de Universidades, Rogelio Velasco. El primero busca fondos europeos debajo de las piedras para corregir los desequilibrios y el segundo trabaja en la modificación de la baremación en la que se basa el reparto de los recurso públicos. ¿Quién pondrá sobre la mesa la solución, quién se colgará la medalla? No es, verdaderamente, lo relevante, pero la política olvida muchas veces lo que realmente importa.

En busca de la unidad perdida

Tanto “Jaén Merece Más” como “Levanta Jaén” hablan, por separado, de que no tienen necesidad de unidad, que poseen capacidad suficiente para presentarse por separado a las posibles citas electorales y que tampoco urge el respaldo del Movimiento de la España Vaciada para que los jiennenses confíen en sus siglas. Sin embargo, los movimientos se suceden para conseguir una sola voz antes de que se convoquen las elecciones autonómicas, que serán las primeras y la verdadera prueba de fuego para los principiantes en política. El empresario Manuel Barrionuevo, expresidente de la Cámara de Comercio de Jaén, es quien se encarga de hacer de eslabón entre dos partidos políticos de reciente creación que aspiran a reunir en sus papeletas a quienes están desencantados con la política y con los políticos.