Preparado, listo, ya...

02 mar 2020 / 16:42 H.

Forma parte de la cantera socialista que, irremediablemente, jugará un papel clave en el futuro del partido más votado en la provincia. De vocación municipalista y con raíces en el movimiento asociativo local es, ante todo, un joven preparado para las exigencias de un panorama en la que imperará el diálogo por encima de las ideas en la nueva forma de hacer política. Juan Francisco Serrano Martínez (Bedmar, 1988) deja la Alcaldía en la que se estrenó hace cinco años para dedicarse en cuerpo y alma al Congreso de los Diputados y, sobre todo, para estar en primera línea de los acontecimientos que quedan por vivir en el seno de una fuerza política con muchos capítulos pendientes. Pertenece a una generación de socialistas comprometidos con su tierra que, lejos de hacer las maletas para buscar un futuro prometedor, decidieron quedarse para vehiculizar la resolución de los problemas del presente en primera persona.

Nieto e hijo de familia de emigrantes, de orígenes humildes, tiene los pies sobre la tierra, le gusta presumir de pueblo y, por supuesto, luchar por él. En su cabeza nunca estuvo la política, pero sí ese gusanillo de la vocación pública que despertó en su interior la necesidad de trabajar por lo que realmente importa. En el tejido asociativo se encuentra el “quid de la cuestión” y, en cierto modo, la causa por la que, hoy en día, está donde está. Ingeniero industrial de profesión, con máster en la Escuela de Negocios de Madrid, alguien se puede preguntar por qué cambió de profesión en un momento en el que esto de lo público está socialmente por los suelos, sobre todo en su entorno más cercano, en el que cuesta más entender situaciones que no tienen explicación. Y, en cierto modo, nunca sabrá si la elección fue la correcta, pero sí está convencido de que hasta de los más graves errores se aprende y, en este sentido, no hay lugar en su cabeza para el arrepentimiento.

El caso es que en la Universidad formó parte de la asociación “Activa” y, en Bedmar, de un colectivo juvenil que jugó un papel fundamental en la organización de las Juventudes Socialistas. Muchos de sus socios entraron directamente, en aquel verano de 2009, en el movimiento político en el que se estrenó como líder. No hubo padrinos, solo miradas indiscretas hacia una joven promesa que despuntaba en un pueblo con poco más de 2.600 habitantes. Así llegó Juan Francisco Serrano a la política activa, una carrera imparable que continuó como secretario general de la organización juvenil del Partido Socialista en 2013 y, dos años más tarde, como alcalde de Bedmar. A punto estuvo de salir fuera de España cuando, en un paréntesis de dudas, decidió quedarse para trabajar por su tierra.

Animado por sus compañeros y, en cierto modo, a ciegas, se enfrentó al reto más importante de su trayectoria: dirigir las riendas del Ayuntamiento de su municipio. No era una cuestión baladí, porque enfrentarse a las urnas bajo las siglas que gobernaban en los últimos treinta y seis años era una responsabilidad enorme y, por lo tanto, no podía defraudar. No lo hizo. En sus primeras elecciones pasó de seis a ocho concejales y, en las segundas, a nueve (de once que tiene el salón de plenos). Su forma de interpretar la política y de enganchar a la gente fue una semilla que, muy pronto, comenzó a dar sus frutos. Lo que ocurre es que, como todo principio tiene final, la historia munícipe se empezó a difuminar justo en el momento en el que fue elegido diputado en el Congreso. Consciente de que la experiencia munícipe es un grado y que requiere dedicación exclusiva, deja el bastón de mando en manos de su teniente de alcalde, Pablo Ruiz Amezcua, quien tomará las riendas del Ayuntamiento en un pleno municipal el próximo sábado. En primer línea queda Juan Francisco Serrano para las reorganizaciones pendientes del Partido Socialista en Andalucía.