Los protagonistas

El socialista Javier Perales y Javier Bris, de CILU, están llamados a entenderse si toman la decisión de unir sus fuerzas para forzar el giro en el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Linares

31 ene 2022 / 16:47 H.

Están llamados a entenderse, a poner las cartas sobre la mesa, a sopesar los pros y los contras, a dialogar hasta que amanezca y a tomar la mejor decisión para los linarenses. La moción de censura que planea sobre el tejado de un Ayuntamiento gobernado, en minoría, por Ciudadanos y el Partido Popular no está ni ganada ni perdida. Es una opción que el Partido Socialista trabaja con las fuerzas políticas de la oposición en un momento estratégico para enmendar el futuro de una ciudad que está de moda y que no puede dejar pasar el tren de las oportunidades. Esta será una semana clave para dilucidar la que se avecina en el seno interno de la administración más cercana al ciudadano, aquella que está obligada a partirse la cara con el resto de instituciones para atraer inversiones y prosperidad. Tomen nota de los protagonistas del “peliculón” que tiene Linares como telón de fondo y argumentario principal: Javier Perales y Javier Bris.

El manual ideológico bajo el que militan uno y otro tiene posicionamientos totalmente encontrados y, aunque PSOE y CILU están a años luz, lo cierto es que coinciden en la necesidad de provocar un giro político en los cimientos gubernamentales mineros. El líder de los socialistas linarenses aspira a conseguir el bastón de mando sin pasar por las urnas y, para cumplir lo que considera que mandató el pueblo en las últimas elecciones municipales, que gobierne la lista más votada, no puede hacerlo en solitario. Las matemáticas dicen que necesita el respaldo de, al menos, tres concejales. La asamblea de su ejecutiva local le dio alas para reunirse con el “sursum corda” si hace falta y, después, tomarán la decisión acerca de la propuesta de una moción de censura. La semana fue de contacto tras contacto, con permiso del coronavirus, una primera ronda de reuniones que terminará mañana con el partido que, en este momento, tiene la llave de la gobernabilidad. Así de claro.

Todo parece indicar que mucho se tiene que torcer la cosa para que la militancia de Izquierda Unida, que es siempre la que tiene la última palabra, se niegue a la propuesta de Javier Perales. Lo de Linares Primero es harina de otro costal. Cierto es que hay muchas mociones que salieron adelante en los plenos municipales gracias al respaldo de Juan Fernández y compañía, pero de ahí a hacer alcalde a un socialista, después del daño que causó la tormenta, hay un buen trecho. Está complicado, en definitiva, que Linares Primero no se abstenga, aunque, en política, ya se sabe que torres más altas han caído. La pelota está, sin lugar a dudas, en el tejado de CILU, con Javier Bris a la cabeza, el destronado por el alcalde, Raúl Caro-Accino, dispuesto a dar, ahora, el oro y el moro con tal de que no prospere la que le viene encima. Anda el equipo de Gobierno rogando, que es gerundio, para que la sangre derramada no llegue al río.

Nada se sabe, en esta foto fija del instante, qué ocurrirá a partir de mañana. Ni siquiera el personaje estrella conoce cuál será su papel en los siguientes capítulos. Todo dependerá del resultado del diálogo y de lo que digan sus compañeros de un partido que tiene el corazón “partío”, como la canción, entre quienes no quieren a los socialistas ni en pintura y quienes tampoco quieren al actual dirigente municipal. Alfonso Perales y Javier Bris tendrán que poner en una balanza las ventajas y los inconvenientes de sumar sus fuerzas a poco menos de un año y medio de la verdadera cita con las urnas. ¿Quién le pondrá el precio al coche? La pregunta es la del millón.

Un error apartó la posibilidad de entrar en el fondo del debate

¿Qué pasó, realmente, en el pleno del viernes pasado? El ruido que generó la moción planteada por la plataforma ciudadana Jaén Merece Más en el Ayuntamiento de la capital tiene su particular eco unos cuantos días después. Tuvo que aclarar el equipo de Gobierno, en un comunicado, que no se votó lo que planteaba esa propuesta por una cuestión elemental en la que radica el “quid” de la cuestión. El colectivo envió a todos los grupos municipales su escrito, antes de la sesión plenaria, para que estudiaran el contenido y, a través de la concejal no adscrita María Cantos, se puso sobre la mesa la moción que, en el salón, leyó el letrado Francisco Javier Marín. La pretensión es que el Ayuntamiento se personara como acusación particular en la denuncia interpuesta contra el Ministerio de Defensa por supuesta prevaricación administrativa en la adjudicación del Plan Colce. Fue el Partido Popular el que levantó la mano para decir que el planteamiento era ilegal e introdujo una enmienda de sustitución con la consideración de que fuesen los servicios jurídicos municipales los que tomaran la decisión. Esperó al pleno para lanzar su advertencia y, al final, los representantes políticos no se pudieron retratar en público sobre lo que piensan del fondo de la cuestión.

El retrato de Salud Anguita

Otra historia del último pleno municipal de Jaén es que quedó claro que si Salud Anguita, suspendida temporal de militancia, continúa al frente de Vox en el Ayuntamiento de la capital es porque quien está al mando del timón lo permitió, siempre con la bendición de los servicios jurídicos y los asesores, que para eso cobran. Se escenificó, en la recta final de la sesión plenaria, que los favores se pagan y, en este sentido, una lectura del “no” de la portavoz de Vox a la propuesta del Plan Colce puede ser esa. Hay otra segunda: llevar la contraria a su compañero de filas, Manuel Ureña, con quien es evidente que desapareció el filin político, a tenor de la propuesta presentada para que le retiraran la retribución municipal. Menos mal que no asistió al último pleno. Otro gallo habría cantado.